Mucho más que una familia

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

26 abr 2017 . Actualizado a las 07:24 h.

En esto de la corrupción, hay familias y familias. Y después están los Pujol. No hay mejor ejemplo de entrecruzamiento de intereses económicos y políticos en un mismo clan, de aprovechamiento y saqueo planificado de las instituciones. Pero, sobre todo, de amalgama de lo público y lo privado. Convertida, incluso, en ideología, en la que el paterfamilias hacía al mismo tiempo de padre de la patria. Esa identificación entre la persona y la nación propia de Estados totalitarios de la que, por desgraciada experiencia histórica, tanto sabemos en España. Y, por lo visto, también en Cataluña. ¿Cabe mayor demostración de unidad que compartir las mismas miserias? Incluida esa sensación de absoluta impunidad con la que se han movido tanto las familias de corruptos del PP -patente queda en las conversaciones grabadas a Ignacio González- como los Pujol. No hay otra explicación posible para que alguien tenga la desfachatez de seguir evadiendo millones de euros a pesar de saber que está siendo investigado por la Justicia. Es la arrogancia de quienes se creen por encima de todos los demás. No les bastó envolverse en la señera para robar, que ahora recurren a la estelada para intentar eludir sus responsabilidades. Han convertido en un hábito contagioso su desprecio a la ley. Porque no tiene otra explicación la amenazante insinuación de los secesionistas de proceder contra quienes no secunden su desafío independentista.