Infame amnistía, ninguna dimisión

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

12 jun 2017 . Actualizado a las 08:20 h.

Es la gota que colma el vaso de la putrefacción. Tras el desfile de presuntos ladrones compulsivos -Bárcenas, Rato, Granados, González y compañía- llega la anulación de la amnistía fiscal por el Tribunal Constitucional, de la que se han beneficiado algunos de ellos y otros como los Pujol. Ya sabíamos que era una medida éticamente indefendible y de legalidad más que dudosa. Ahora los magistrados -mayoritariamente conservadores- lo han escrito negro sobre blanco en una sentencia demoledora que la anula. Y no solo por un defecto de forma, al haber sido aprobada mediante decreto-ley, como trasladan el Gobierno y el PP, sino por el fondo, ya que el tribunal acusa al Gobierno nada más y nada menos que de amparar el fraude fiscal y vulnerar el principio de igualdad entre los ciudadanos.

La decisión llega cuando está abierto el plazo para que los españolitos de a pie presenten sus declaraciones de la renta, que harán a sabiendas de que los más poderosos pagaron un 3 % mientras ellos sufragarán los gastos públicos con una parte muy sustancial de sus nóminas. Gracias a esa denigrante amnistía los defraudadores pueden estar tranquilos, ya que no tendrán que devolver nada y además la gran mayoría de ellos seguirán amparados en el anonimato.

En cualquier democracia que se precie, un escándalo de esta envergadura habría hecho dimitir ipso facto a Montoro y Rajoy estaría contra las cuerdas como responsable máximo de la aberración. Pero no, el Gobierno argumenta que lo hicieron para recaudar fondos y salvar a España, que en el 2012 se encontraba en una situación dramática. ¡Hasta cuando quedan en evidencia manifiesta pretenden colgarse medallas!