225 monos

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CON LETRA DEL NUEVE

OPINIÓN

21 jun 2017 . Actualizado a las 07:47 h.

12 monos se titulaba un cuestionable filme de Terry Gilliam que el añorado Ángel Fernández Santos vapuleó en 1996 desde el título mismo de su crítica: 13. «O 13 monos, si se cuenta a Terry Gilliam», disparó.

 La peli de estreno esta semana eleva la apuesta: 225 monos. Es la cifra de macacos censados en Gibraltar. Son los famosos Macaca sylvanus, los últimos monos libres del mundo libre. Si en lugar de los hackers rusos, en el referendo de la noche de San Juan hubiesen votado las 225 monas rabonas, tal vez el Reino Unido habría permanecido en la UE. Pero no. Los simios se pirarán de Europa y, a cambio, Europa se quedará con Dijsselbloem y Schäuble, que piensan que al sur de Bruselas todos somos monos de Berbería que comemos plátanos y manises por encima de nuestras posibilidades.

La historia de Gibraltar es muy aburrida. Desde el Tratado de Utrecht solo han pasado allí dos cosas interesantes: que James Joyce decidió incluirlo en el monólogo final de su Ulises, donde Molly Bloom recuerda su infancia a la sombra del Peñón; y que en 1941, en plena guerra, Churchill ordenó repoblar de simios la colonia: «Mientras haya monos, Gibraltar será británico». Y hasta hoy.

Como en todos los divorcios, lo único importante del brexit es qué se hace con los niños, o sea, con los simios. A quién le preocupan las aguas territoriales, el paraíso fiscal o el aeropuerto. Lo único que hay que discutir es el régimen de visitas a los macacos. Lo suyo sería una custodia compartida, que es algo muy moderno y civilizado. Porque si la UE y el Reino Unido no están a la altura y las monas de Gibraltar pagan los platos rotos del divorcio, me temo que Fernández Santos regresará de entre los muertos para titular su crónica del brexit: 227 monos.