Seis segundos de libertad

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

21 jul 2017 . Actualizado a las 08:30 h.

Seis segundos pueden parecer una medida de tiempo nimia en el infinito que nos rodea, pero en realidad son una eternidad cuando nos referimos a los derechos fundamentales de una persona. Así, los seis segundos que dura la grabación de una joven con la melena suelta y vestida con una minifalda apenas llamarían la atención en  Occidente, y tampoco en muchos países de Oriente. Sin embargo, las imágenes de una joven paseando por las ruinas de Ushaiager, en la provincia de Najd de la ultraconservadora y reaccionaria Arabia Saudí, no solo han causado un gran revuelo, sino que han provocado su detención por las autoridades. La joven que, al parecer, se llama Julud, manifestó que había sido grabada estando con un guardián masculino responsable de ella y que las imágenes habían sido difundidas sin su consentimiento. Pero el daño ya estaba hecho. Porque ¿qué peor crimen hay que una mujer pueda respirar el aire libre, sentir el sol sobre su piel y la arena bajo sus pies? ¿Qué peor pecado hay que una mujer pueda mostrarse libre, relajada y feliz en libertad? Al parecer, ninguno, y por eso Julud puede llegar a sufrir un castigo terrible. En Arabia Saudí un hombre puede matar a una mujer de una paliza y no le pasa nada, pero si una mujer se muestra sin velo puede llegar a morir. Se mire como se mire, es absolutamente espeluznante.

 El hipócrita código moral de unos hombres aferrados a unos textos sagrados que interpretan como les da la gana somete a la mitad de la población a la oscuridad de la inexistencia. Se escudan en que es la ley, pero lo cierto es que es su voluntad como lo era la de los esclavistas que vendían y compraban, explotaban y violaban a seres humanos. Porque eso es lo que son las mujeres para ellos, mercancía prescindible por mucho que lo encubran con argumentos religiosos. Está mal, vulnera la mínima decencia moral, atenta contra los derechos humanos y tiene que acabar ya.