El punto de la «Voyager»

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

HANDOUT | afp

20 ago 2017 . Actualizado a las 10:33 h.

Hoy se cumplen 40 años del lanzamiento de la sonda espacial Voyager 2. 16 días después se lanzó su sonda gemela, la Voyager 1, que en el 2012 cruzó una de las fronteras del sistema solar y se aleja de él a unos 60.000 km/h. Es la obra humana que ha llegado más lejos: a la luz del Sol le lleva 20 horas alcanzarlo. En 1990, en el día de San Valentín, la Voyager 1 sacó una foto a lo que dejaba atrás. La operación no fue sencilla, ya que su cámara estaba pensada para fotografiar lo que tenía delante; así que hubo que girar la nave, con riesgo de perder el control sobre ella. Carl Sagan necesitó algunos años para convencer a la NASA de que valía la pena correr el riesgo. Y vaya si la valió. El resultado fue una imagen, algo defectuosa, en la que aparecía un punto azul pálido casi imperceptible: era la Tierra, vista a 6.000 millones de kilómetros de distancia, ridícula en medio de la inmensidad. Tal y como dijo el propio Sagan, ese punto es el hogar de todas las personas que han existido y existen, entre ellas las que han matado para hacerse con una fracción de él. Creo que quienes lo hacen no son conscientes de estarlo destruyendo, porque piensan que la Tierra es un lugar infinito e inacabable, en vez de una mota de polvo en el espacio.

Esa foto es una metáfora del avance científico, un avance que nos debe llevar a comprender que todos vivimos en ese punto azul pálido. Quiero pensar que, a medida que la humanidad tenga esto claro, dejaremos de sufrir tragedias como la de Barcelona.