De la verdad y de los mentirosos

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

ALBERT GEA | Reuters

01 sep 2017 . Actualizado a las 08:36 h.

Hasta tres veces negó Pedro a Jesús. Y aunque quien pasó a la historia como traidor fue Judas, no hay mayor traición que la de aquel en quien más confías. Más aún han sido las ocasiones en las que las autoridades catalanas han negado lo que ahora se ha demostrado que era verdad. Ya sabemos, porque ellos mismos lo pregonan cada día, que son unos traidores al orden constitucional por el que han sido elegidos y gracias al cual son lo que son. Ahora sabemos también que son unos mentirosos que con su engaño han traicionado mucho más que la verdad, han traicionado a las víctimas. Porque si algo les debemos a estas es respeto, y tal consideración pasa inexcusablemente por el conocimiento riguroso de lo sucedido. Es más tolerable el error que la mentira. Es incluso admisible que no se concediera credibilidad al aviso, uno más de tantos y que puede ser ventajista esgrimir a toro pasado. Pero en ningún caso son aceptables la ocultación, la tergiversación y el engaño.

Y menos aún hacerlo por intereses políticos sectarios. Que es lo que ha ocurrido, como en su día se quiso engañar con el 11M por intereses electorales. E igual que entonces los medios buscamos la verdad detrás de la cortina de manipulación del Gobierno, ahora debe ser igual. Y eso es lo que ha hecho El Periódico de Catalunya, cumplir con el único compromiso al que se debe la prensa libre: con la verdad y con sus lectores. Que es justo lo que no entienden los autócratas o aprendices de tales. Descalificar una información veraz y, sobre todo, cargar contra un periódico por publicarla, constituye el más fiel retrato del totalitario, de aquel que aspira a controlar hasta las conciencias e intenta sacrificar la libertad de expresión en la pira de su interés político. Y con ello se demuestra que los independentistas no solo han traicionado a la verdad, a las víctimas y a las instituciones, son unos traidores a la democracia.