Equidistancia

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

TONI ALBIR | EFE

08 sep 2017 . Actualizado a las 09:12 h.

Hay quien habla de los años duros de la transición de oídas y hay quien los vivió en primera línea y sabe de lo que habla. Es el caso de Joan Coscubiela, portavoz de Sí que es Pot en el Parlamento catalán, quien ayer volvió a cosechar los aplausos de los diputados de Ciudadanos, del PSC y del PP, esto que tanto molesta a su compañero Dante Fachin, líder de Podemos en Cataluña, y que amenaza con romper definitivamente el grupo parlamentario. Porque luchó contra el franquismo y sabe en sus carnes lo que supone sufrir los embates del totalitarismo, Coscubiela se mostró dispuesto a partirse la cara por los derechos de los demás. En cambio, quienes, como Fachin, solo saben de la dictadura lo que han leído en los libros de historia se pueden permitir la irresponsabilidad de ignorar la gravedad del ataque a la democracia que supone lo que está ocurriendo estos días en el Parlamento catalán. Se puede ser equidistante respecto de posiciones políticas determinadas, se puede ser equidistante tanto del nacionalismo catalán como de quienes han practicado una política recentralizadora. Pero esto nada tiene que ver con el golpe a la democracia que constituyen el referendo ilegal, la desobediencia al Constitucional y el desprecio a los derechos de la oposición, que es tanto como desdeñar a sus representados, que son la mayoría de los catalanes. Hablar del 1-O como una simple movilización es no querer ver la realidad. No puede haber equidistancia cuando la amenaza es directa e inminente. O se evita o, al desentenderse, se ayuda a que se consume. Y, como en la canción, aunque ahora vayan a por otros, al final los totalitarios acabarán yendo a por todos los que no piensan como ellos.