El extraño acercamiento de Trump a los demócratas

Miguel-Anxo Murado
Miguel-Anxo Murado EL MUNDO ENTRE LÍNEAS

OPINIÓN

JONATHAN ERNST | REUTERS

09 sep 2017 . Actualizado a las 17:04 h.

Poco a poco vamos conociendo mejor la personalidad de Donald Trump en el ejercicio de su cargo de presidente de Estados Unidos. En muchos casos, se confirma lo que se esperaba de él, en otros se presentan sorpresas. Pero incluso las sorpresas confirman en el fondo lo que se esperaba, porque se esperaban sorpresas.

Este es el caso del inesperado acuerdo de esta semana con los demócratas sobre el techo de gasto. En principio, puede parecer un asunto menor: se trata de un pacto para levantar el techo de gasto durante tres meses en consideración a la catástrofe del huracán Harvey. Los republicanos querían aprovechar la circunstancia para que esa excepción se prolongase 18 meses y de ese modo asegurarse de que no tendrían que pedir más incrementos del techo de gasto antes de las elecciones parlamentarias de mitad de mandato ?el aumento del techo de gasto es muy impopular entre los votantes, sobre todo los republicanos. Por supuesto, esa misma era la razón por la que los demócratas se negaban. Ofrecían tres meses y nada más. Mientras el equipo de Trump intentaba negociar algo intermedio, Trump les cortó bruscamente y aceptó sin más la propuesta demócrata.

Los republicanos están ahora furiosos con Trump. No entienden cómo puede haber cerrado un acuerdo tan desfavorable para su partido. En el campo demócrata, sin embargo, algunos se preguntan si no será este el comienzo de un «nuevo Trump», más dispuesto a trabajar con sus rivales.

En realidad, se trata del mismo Trump, con sus defectos y otros defectos que parecen virtudes. Y entre estos últimos está la idealización, hasta extremos obsesivos, de la idea del acuerdo, sobre el que incluso publicó un libro en 1987 titulado así, El arte del acuerdo. El problema es que hasta ahora le ha resultado imposible acordar nada con su propio partido, los republicanos: tanto su «reforma de la reforma» sanitaria como su reforma fiscal han tropezado en los suyos. Así que, desesperado por un éxito negociador, ha preferido acordar algo con los demócratas. Es inesperado y a la vez es «puro Trump».

Veremos más de esto próximamente. Trump ya ha decidido buscar otro acuerdo con los demócratas para reemplazar el programa DACA para jóvenes inmigrantes ilegales, que estableció Obama pero que está a punto de expirar. La prensa se ha centrado en el hecho de que Trump no iba a renovarlo, pero la noticia es en realidad que piensa sustituirlo por otro que, aunque posiblemente sea más restrictivo, será más permanente. Hay indicios de que Trump ya ha iniciado contactos con los líderes demócratas a este efecto. Por lo visto, estaría pensando en regularizar a una parte sustancial de los 800.000 jóvenes inmigrantes ilegales que llegaron de niños a Estados Unidos, un país en el que hay unos 11 millones de inmigrantes ilegales. A cambio, pediría el apoyo demócrata para hacer aumentar el gasto en vigilancia electrónica y mejorar las barreras en la frontera; en definitiva: para levantar el famoso muro.

Puede ser. Al fin y al cabo, el muro empezó a construirse en la presidencia de Bill Clinton. Y es que no es solo Trump, sino la política en general, la que está llena de sorpresas previsibles.