Señora Martínez

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

10 sep 2017 . Actualizado a las 08:34 h.

En medio del espectáculo bananero escenificado estos días en el Parlament de Cataluña, donde se han dinamitado las más mínimas normas democráticas, la señora Martínez puso el broche de oro al esperpento. Una mujer de edad y trayectoria política suficiente como para conocer el valor de los símbolos y lo que representa cualquier diputado electo, no tuvo reparo en levantarse y limpiar de banderas españolas los escaños vacíos dejados por el grupo popular. 

Un gesto que expresa el más ciego fanatismo de quienes, una vez despreciadas todas las normas democráticas, son capaces de eliminar sin más razón que su delirio a todo aquello que represente una idea u opinión contraria a su verdad.

La señora Angels Martínez, diputada de SiQueEsPot y anteriormente militante del PSUC, se vino arriba jaleada por los antisistema de la CUP y eliminó sin miramientos a sus adversarios políticos y los más de un millón de catalanes a los que representan. Da mucho miedo pensar qué haría esta señora con todos los que no comparten sus ideas si algún día llegara a detentar poder.

Señora Martínez, con todo el respeto que me infunden sus canas, le ruego se pare a pensar qué está haciendo con la democracia que tanto anheló y que le permitió estar sentada donde está incluso envuelta en la bandera que quiera.

Señora Martínez, cálmese; ya sé que le tiene ganas a todos sus adversarios ancestrales y que ya le tarda derrotarlos, pero la democracia se basa precisamente en eso, en combatir las ideas con ideas, no con salidas de bancada, y las victorias con votos legales, no de Monopoly. Señora Martínez, entienda que por muchas banderas incómodas que retire y por mucho que lave los escaños con lejía, las ideas no se disuelven.

A no ser que con su gesto nos quiera dar a entender que si por usted fuera, no tendría reparo en hacer desaparecer a cualquiera que no piense como usted. Señora Martínez, ya es usted mayorcita como para entender en qué consiste la democracia, por muy estupenda que se ponga mientras la jalean ese seis por ciento antisistema de la población catalana. Piénselo bien, señora Martínez, «no es aixó», ni son estas las maneras que la mayoría del pueblo de Cataluña quiere y necesita para conseguir sus anhelos.

Tómese un té con un Aromas del Montserrat para calmar esos nervios y esa furia, pero deje las banderas en su sitio, las suyas y las de los demás.

Da mucho miedo pensar qué haría esta mujer con todos los que no comparten sus ideas si algún día llegara a detentar el poder