Los rohingyas de Cataluña

OPINIÓN

09 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De poder, la minoría catalanista haría a la mayoría constitucionalista algo no muy distinto a lo que hace la mayoría birmana con la minoría rohingya. Pasarían los padres y los profesores de Cataluña de gritarles a los niños que llamen hijos de puta a sus compañeros «rohingyas» a gritarles que les rociaran con gasolina y les arrojaran cerillas flameantes. Pasarían los mossos de la «nació» de arrinconar a los mossos nacionales a descerrajarles sus pistolas en las sienes. Pasaría la coalición de estalinistas (CUP, ANC, Òmnibus y otras cuadrillas postetarras) y nazis (ERC, JXSí, buena parte del PDCAT y otras cuadrillas paramilitares) de golpear, acorralar y aterrorizar a los «perros traidores» a echar del «pays» a sangre y fuego a todo aquél que se niegue a ser marrano (converso).

(A. Deseo fervientemente que los estalinistas arrastren mañana a los nazis y que el Parlament declare la independencia, porque será la única manera de que Tejero II, o sea, Puigdemont, y su tropa, o sea, todos los que desde el 6 de septiembre pasado se han sublevado, sean detenidos, juzgados y sentenciados a años y años de prisión. Porque este es un golpe de Estado como el del 23F, y los demócratas no entienden de discriminaciones ante los crímenes. Cataluña es el grano en el culo, y en el futuro seguirá tocando los cojones, pero en tanto en cuanto una Constitución, cualquier Constitución, sea absolutamente democrática, nadie puede atentar contra ella. Todas las autonomías tienen «hechos diferenciales», ninguno de ellos superiores. Se tendrá que reformar la Constitución, aunque no para legalizar referéndums, sino para que los derechos y los deberes sean uniformes a todas, y quien se empeñe en ser «diferente» porque es un lerdo gregario, que se suicide, o salga a combatir con valentía, no escondido miserablemente en la masa, y que dé su vida).

(B. Lean este fragmento del artículo que apareció hace dos años en «El Punt Avui» de Jorge Cabré, colaborador de Mas y salido de la alta burguesía catalana facha del siglo XX y de la que son herederos hoy los «Jordis» de Òmnibus y de la Asamblea Nacional Catalana: «Somos mejores. Y en el caso hipotético de que no lo fuésemos, sería un problema. Sería una vergüenza. Tenemos una densidad de genios por metro cuadrado infinitamente superior (superior al resto de la península, del continente, del Mundo, añado yo: Arios, y con mayúscula). Somos mejores, sí, o al menos tenemos el derecho de serlo». Por consiguiente, que nadie se mienta con la encomiable buena intención del diálogo y la concordia. La Cataluña «profunda» está infestada de ultras nacionalistas con ganas, muchas ganas, de asesinar a los retrasados mentales, a los subhumanos. Así de simple es el nacionalismo, y quien no lo comprenda, que se vaya a la mierda, por negarse a leer, a investigar, a alumbrar su corrosiva ignorancia para sepultarla de una puta vez).