Iceta, el bailarín que se pone de perfil

César Casal González
César Casal AL ROJO VIVO

OPINIÓN

10 oct 2017 . Actualizado a las 08:57 h.

El PSOE es hoy un partido egipcio, especialista en ponerse de perfil. Así, de perfil, representaban los antiguos egipcios a las figuras humanas y a los dioses. Así se colocan hoy los dirigentes socialistas. El estilo lo ha impuesto Pedro Sánchez. Con una mano está con el frente constitucionalista y con la otra, no se sabe lo qué hace. La clamorosa ausencia de Miquel Iceta en la manifestación del domingo lo inhabilita para liderar nada. De Borrell a Celestino Corbacho, históricos socialistas estaban allí, junto a los que había que estar: esa mayoría silenciosa que en otro tiempo se sintió representada y hasta ilusionada por un PSOE, que ya tiene poco de histórico y mucho de Pasok. Da igual que ayer por la mañana compareciesen juntos Sánchez e Iceta. Era tarde para reconfortar a nadie. Menos a los que sí dieron la cara por las calles de Barcelona. Pedro Sánchez, con Iceta, el del baile de Queen, a su lado anunció que estará con el Gobierno si hay declaración de independencia. Una manera de decir que estoy contigo, pero solo cuando no me quede más remedio y vayas tú delante. Hasta entonces, más de lo mismo, tacticismo. Decisiones que toman los sanedrines del partido abducidos por esa enorme sonrisa de Sánchez, con vistas a sacar réditos electorales. El PSOE fue grande. Se notó en el discurso de Borrell, que superó nada menos que a las palabras de un nobel. Pero hoy en Ferraz y sus federaciones poco queda de aquella grandeza y muy poco del sentido de Estado. No se puede pensar en urnas cuando lo que está en juego puede llegar a ser dramático. Iceta tenía que haber estado en la manifestación de Barcelona, porque el PSOE, en tiempos, siempre estaba con el sentido común. Iceta es una contradicción en sí mismo. Como la mayoría del partido, se ha especializado en perder elecciones. Ya no hay en la casa del PSOE políticos de urnas, ganadores. Encima Iceta es ese imposible: socialista y nacionalista. El socialismo por definición ha sido siempre internacionalista. El socialista busca y quiere el bien común, por encima de banderas. Tiene que ser complicado vivir en la cabeza de perfil de Iceta, y encima tener como jefe a Sánchez, cuyo único objetivo en la vida es maquinar para gobernar.