48 segundos de seudo República catalana

César Casal González
César Casal AL ROJO VIVO

OPINIÓN

11 oct 2017 . Actualizado a las 07:25 h.

La República catalana duró en 1931 tres días. En 1934 llegó a las diez horas. En el 2017, Puigdemont batió el récord: 48 segundos. Haría mal en pensar el Estado que ha ganado la guerra. De la mano del éxodo económico, ¿por qué no hablaron antes los empresarios?, se ha anotado una batalla. El bajón de los independentistas ha sido evidente. Se ve en las imágenes del exterior del Parlament: de cantar el gol a llorar por la derrota de penalti en el último minuto. Rajoy no puede confiarse y creer que va a seguir ganando sin mover un dedo (hay dos tipos de problemas: unos se pudren y los otros se arreglan solos). Le queda mucho por hacer en la sombra. Puigdemont cada vez se parece más a Rajoy. Logró no decir nada durante minutos y minutos de discurso. Y al final declaró una no independencia de 48 segundos que suspendió de forma inmediata. El cava de los que iban a celebrar el título no se descorchó. Ahora tenemos vacío, el lodo de la tristeza, en los dos bandos. Seguimos en el abismo, porque estar en un abismo un poco menos no te libra del golpe. Fue una burda burla. Puigdemont ha sido fiel a su peinado: autodestructivo y suicida. Gran creyente de sus mentiras, victimista a tope, pero el miedo le ha hecho fallarle a los ultras de la CUP (la delirante firma a traición de los 72 diputados no los calmó). El diagnóstico es digno de Dalí: el enfermo mejora empeorando. El onanismo es así. Ahora tenemos algo en común: bienvenidos a la decepción. Habrá elecciones anticipadas por Anna Gabriel, y la CUP y ERC se comerán al partido de los gatos. Todo es dinero.