Oído absoluto

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

11 nov 2017 . Actualizado a las 10:30 h.

Hasta ayer, no sabía de la existencia de una habilidad especial que solo poquísimos poseen: el oído absoluto. Se discute sobre si se trata de un don innato o adquirido a muy temprana edad. Algunos piensan que influyen ambos factores. Consiste, básicamente, en la habilidad para reconocer sonidos y situarlos de manera automática y exacta en la escala musical, aunque se trate de sonidos cotidianos. Como consecuencia, los dotados con oído absoluto pueden escribir directamente partituras complejísimas sin recurrir a ninguna referencia. Se atribuye semejante habilidad a muchos genios de la música, pero por lo visto no todo son ventajas: resulta un problema para tocar jazz, por ejemplo, o para vivir. Porque aunque no lo pretendan, identifican siempre cualquier disonancia que el oído común no advierte. Y esto les irrita: algunos querrían poder activar o desactivar el oído absoluto a capricho. Pero no pueden, y la realidad les resulta a menudo estridente, insoportable. Hay gente que padece de una especie de oído absoluto, pero de ideas. Solo dominan una escala, la suya, y una altura. Algunos solo controlan una nota, de modo que todo lo que se aparte de ella les rechina. Se pasan la vida tapándose los oídos, porque la realidad se desvía constantemente de su estrecho sentido de la perfección. Pero la vida normal es imperfecta y por eso necesitamos tanto que nos comprendan. Se cumple el centenario de la Revolución Rusa y todo esto me vino a la cabeza al recordar que las palabras «desviacionismo» y «desviacionistas» proceden de los teóricos del marxismo. Les chirriaba todo. Y para que la realidad interpretara su melodía perfecta, necesitaron más de cien millones de muertos.

@pacosanchez