Vigente derecho de pernada

OPINIÓN

26 dic 2017 . Actualizado a las 20:14 h.

Uno cae en la cuenta de que se está alejando cronológicamente de fenómenos contemporáneos cuando, por ejemplo, pensando en ilustrar una idea para este artículo se te aproxima Roberto Carlos cantando Quisiera ser civilizado como los animales.

Y es que no dejan de asombrarme algunas conductas humanas que no parecen propias de personas. Aquí conviene distinguir estos conceptos: mientras “ser humano” es un concepto biológico determinado genéticamente, «persona» es un concepto cultural, una convención social por la que calificamos así a los «humanes» (aprovecho para rendir tributo a Jesús Mosterín) autoconscientes, racionales y morales, siguiendo la conceptualización filosófica iniciada con Boecio en el siglo VI y pasando por un referente Kant en el XVIII.

Por ejemplo, si el abuso es inmoral, ¿qué «personas» son quienes abusan violentamente, sexualmente, económicamente, institucionalmente, de otras?. Recordemos que Kant decía que no se puede usar a las personas como medio para obtener otro fin, puesto que son un fin en sí mismo y que, como tales, deben reconocerse y respetarse. Pero han pasado más de dos siglos desde esta definición y estamos lejos aún de haberla integrado colectivamente. Y no me refiero al respeto a sujetos particulares, sino a colectivos enteros, en función de su edad, raza, género…

Convivimos con relaciones de subordinación perversas que normalizan conductas moralmente inaceptables, hasta cuestionar el concepto mismo de civilización. Tan normalizadas, que en el siglo XXI aún quedan sujetos que alardean de algunas de ellas, como «las manadas» que hocican por las calles en busca de presas sexuales, y como aquellos que las justifican, mofándose pública y notoriamente de la denuncia del heteropatriarcado; que existe, a pesar de la RAE

Que hay una discriminación sistemática y un abuso consecuente por parte del hombre heterosexual hacia las demás personas es tan obvio, que tener que argumentarlo resulta descorazonador. Si bien es cierto que, de acuerdo con el concepto del Triangulo de la violencia del sociólogo noruego Johan Galtung, la violencia directa o visible es una pequeña parte que se sustenta sobre estructuras profundas y ocultas (violencias cultural y estructural), hay demasiadas manifestaciones cotidianas y visibles que encuentran disculpa, cuando no justificación, entre humanes moralmente disfuncionales. Desde la discriminación laboral, salarial, de autorrealización de la mujer, hasta los asesinatos machistas, pasando por el maltrato, la trata, la prostitución y la violación.

Por ejemplo, yendo a casos concretos, no puedo aceptar argumentos como los de la defensa de «La Manada», que pretende exculpar a sus clientes apelando a la capacidad de la víctima para rehacer su vida después de la agresión. He de reconocer mi incapacidad para ejercer como abogado, especialmente en casos así. Me hace recordar tiempos de instituto cuando, en las conversaciones con la pandilla de baloncesto, el hoy profesor de filosofía del Derecho en la UC3M Rafael Escudero, ya entonces brillante, me explicaba, dados mis recelos a defender a según qué sujetos, el derecho a una defensa justa. Qué quieres que te diga, Rafa, me acuerdo mucho de aquella conversación, pero me cuesta creer que algunos abogados se limiten a que sea justa y no estén abusando, a su vez, del sistema judicial para conseguir la impunidad.

Otro ejemplo, delirante: en una democracia talludita como la británica, con un sistema judicial muy aparente, un millonario es absuelto de violación a una chica de 18 años con el argumento de que se cayó sobre ella con el pene fuera de la ropa interior, con la mala suerte de que acabó insertado en la vagina de ella. También se aceptó que la aparición del semen de él en la vagina de ella fue accidental. Se podría decir que un señor muy rico se ha comprado una violación en un juzgado de un país de primer nivel legal. Y el juzgado no ha ardido por ello; metafóricamente, se entiende. Tuve que mirar dónde se había publicado la noticia y comprobar que el día de los “Santos Inocentes” británicos es en abril. Si no, diría que es una noticia de El Mundo Today.

Sugerencia de acepción para «heteropatriarcado» para la RAE: derecho de pernada del siglo XXI, entre otras.

En fin.

¿Y la próxima semana?

La próxima semana hablaremos del gobierno.