Amaia, el paraíso es su voz

OPINIÓN

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

He descubierto a Amaia Romero (Amaia de España, sí. La de OT) y me he enamorado. De su voz y de ella. Locamente. El amor es lo que tiene. Nunca he visto Operación Triunfo, y, la verdad, no sé si me arrepiento o no. He conocido la existencia de Amaia por las redes sociales, y, tras leer en la prensa que iba a representar a España en Eurovisión, googleé: «Amaia OT 2017 España». Aparecieron varias noticias que ojeé; luego hice 'scroll' hasta llegar a un vídeo donde ella estaba al piano y versionaba «Lo mal que estoy y lo poco que me quejo» de El Kanka. La escuché, y aquí fue donde quedé prendado: golpe de estado en mi corazón. Puse en bucle la canción durante un buen rato, cerraba los ojos y su voz me hacía feliz. Tiene una voz para quedarse a vivir en ella a perpetuidad. Luego, me vi todas actuaciones en las galas, todas sus interpretaciones dentro de la academia; todo aquello en lo que Amaia saliese cantando, al piano o con la guitarra.

Todos los que saben de música se estarán tirando de los pelos por no haberla descubierto antes de entrar en el programa y ofrecerle un contrato. Todos los que saben de mujeres están enamorados de esta pamplonica. Mis abuelos se enamoraron de Audrey, apoyada en la ventana, cantando «Moon River» en «Desayuno con diamantes». Mi padre se enamoró de Ana Belén --o lo hizo aún más, quién no estaba enamorado de Ana en esa época-- viéndola cantar «A la sombra de un león» en televisión. Yo lo hago de Amaia por YouTube. Pasan los años, las generaciones y cambian las costumbres; pero seguimos enamorándonos.

Qué sería de los hombres sin los amores difíciles, los imposibles. Escucho sus canciones mientras escribo. En verdad, no hago más que escucharla a todos horas, hasta cuando duermo siento el eco de su voz en mi cabeza: y no duermo, sino que sueño. El paraíso es su voz: me quedo aquí a vivir, no me busquen en ningún otro lado.