«¿Me bajas la basura?»

OPINIÓN

08 mar 2018 . Actualizado a las 07:28 h.

El 8M Huelga Feminista. Sí. Muchas personas que estáis leyendo estas líneas pensaréis que no estoy diciendo nada nuevo. Que los medios de comunicación se han hecho eco y ha sido difundido por tierra, mar y aire. Que las feministas somos muy pesadas. Sin embargo, cuando una sale de su círculo de amistades se da cuenta de que no es así. La información no llega, y si lo hace, llega sesgada. ¿Cuántas mujeres a día de hoy aún no saben que están protegidas para secundar la huelga las 24h? ¿Cuántas personas aún creen que la huelga es convocada por comunistas? ¿Cuántas voces insisten en que ya hay igualdad en nuestro Estado? ¿O cuántas otras se obcecan en la idea de «ni machismo ni feminismo: igualdad»? Todas estas cuestiones no debemos cansarnos de explicarlas. Damos demasiadas cosas por supuestas.

Aún así, no nos acomplejemos ni regalemos el término «feminismo». No tiene buena prensa. Lo sé. Pero no debemos desistir. El feminismo por mucho que quieran convertirlo en el femenino de machismo, no lo es. Feminismo es justicia, igualdad de oportunidades, igualdad de derechos. El feminismo logró que hoy podamos votar, que podamos participar en política, que podamos ir a la universidad. No renunciemos a este concepto. Feminismo es sororidad, unión, cooperación. En definitiva, feminismo es igualdad.

Brecha salarial: 24%. Brecha de género en las pensiones: 37%. División sexual del trabajo y precarización de trabajos feminizados. Feminización de la pobreza: el 15% de las mujeres españolas viven en riesgo de pobreza o exclusión social. 9 asesinatos machistas en lo que llevamos de 2018.

Ante tal panorama, aún hay quien se cuestiona por qué hacemos una huelga de cuidados, consumo, laboral y estudiantil. Pues muy sencillo, porque no estamos dispuestas a seguir tolerando más discriminación, exclusión y segregación, y queremos demostrar a la otra mitad de la población que sin nosotras, para el mundo. Si no cuidamos a nuestras hijas, a nuestras mayores y a nuestras dependientes, quién se encarga. Si no hacemos la compra diaria y preparamos la comida, quién come. Si no estamos trabajando en los hospitales o en las escuelas, quién se ocupa de nuestras enfermas y nuestras menores. Habrá quien opine que es una chorrada más, pero dudo que tenga el valor de negarme que no ha escuchado a su madre decir frases como «¿me bajas la basura?» -como si únicamente ella la produjera-, «¿me ayudas a tender la ropa?» -como si tus calzoncillos no estuvieran en la lavadora y por arte de magia luego aparecieran de nuevo en tu armario-, «¿me bajas a por el pan?» -como si tú no fueras a comer-. Todas y cada una de estas preguntas cuidadosamente formuladas, que tantas y tantas veces escuchamos todas, son claros síntomas del rol que se nos ha impuesto a las mujeres. Rol que nos relega a un plano de inferioridad. Rol que nos difumina en la esfera pública. Rol que minusvalora nuestros trabajos aunque estos sean encargarnos de lo más importante que existe tanto para el mercado como para la reproducción social -la crianza-. Rol que nos hace poseedoras del poder del consumo, de elegir qué productos comprar y dónde hacerlo. Rol que feminiza la profesión docente y nos permite educar a las generaciones futuras. Rol que cuida.

La propia construcción de nuestro género nos ha otorgado, paralelamente, un gran poder. Por lo tanto, salir todas juntas de la mano de compañeros -que han sabido acompañarnos en estas semanas de preparación con respeto y solidaridad- el 8M a la calle, no consumir, no cuidar, no trabajar, evidenciará que sin nuestras manos, sin nuestros trabajos infravalorados y precarizados… nuestra sociedad se detiene. Hoy demostramos que somos imprescindibles. Hoy despertaremos alguna conciencia. Hoy sumaremos a más luchadoras. Hoy desmontaremos falsos mitos. Hoy, juntas, re-pensaremos qué vida es digna de ser vivida. Nos vemos a las 19:00 horas en Xixón.