El móvil de urgencias

OPINIÓN

08 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La utilidad del móvil hoy no tiene límites en su aplicación. Cualquier persona según sus habilidades saca chispas  del invento «oreja pegada» o «labios de frente», «cómeme manos y dedos en la mesa», «grosería en momentos de citas», recursos sin fin, atracción a la medida.

Este es el uso ordinario de este invento del siglo XX; pero que en el siglo XXI alcanza hasta límites sin límite.

Miren: la curiosidad y la imaginación se quedan enanas. Acudí hace unos días con mi hija a un centro de salud de la capital del Principado porque la fiebre la noche anterior no le dejó dormir y al despertarse se sentía en viva ascua.

Acudimos, como dije, al centro de salud por vía de urgencias. Cumplidos los protocolos. Esperamos. En breve, la voz en alto proclamó el nombre de la paciente de turno. Pasamos a la sala, nos sentamos. Preguntas al caso y tras la indicación de sentarse en la camilla pasó la doctora al reconocimiento de la paciente.

Oh, sorpresa: no usó el instrumento ordinario; sino que fue la luz del móvil la que iluminó el foco infeccioso causante del dolor y fiebre.

La respuesta escueta. Todo según las pautas, las indicaciones al uso y la farmacia con sus soluciones antibacterianas..

Buenos días.

Hasta luego.

Y, a la cama que es el lugar más propicio para pasar más aliviada la fiebre.

No salía de mi asombro, cuando hago memoria de la anécdota: La medicina pública del siglo XXI tiene tan alta estima y aprecio al móvil que para «recortar» gastos vale hasta el móvil personal como instrumental de trabajo.

Amigo y agradecido lector: el móvil en la medicina del siglo XXI tiene presencia en la Medicina, se usa incluso como diagnosticador.

Esto me sucedió un sábado por la mañana al acudir a Urgencias a un Centro de salud público y la sorpresa, me sorprendió.

Cosas veredes, dijo Don Quijote a Sancho.

Cosas he visto en la mañana de un tranquilo sábado.