Argumentos apabullantes

M.ª Carmen González Castro
M.ª Carmen gonzález VUELTA Y VUELTA

OPINIÓN

Oscar Vázquez

08 mar 2018 . Actualizado a las 07:32 h.

Son más las mujeres que ingresan en la universidad que los hombres; son más las que terminan sus estudios; son más las que cursan un máster, e incluso son más las que leen su tesis. Las mujeres no tienen nada que envidiar a los hombres en cuanto a formación. Pero, sorprendentemente, son más las que están en el paro cobran en sus trabajos sensiblemente menos, ocupan menos puestos de responsabilidad, están menos presentes en los consejos de administración, un buen número de ellas ha de soportar acoso sexual por parte de sus superiores y las estadísticas apuntan que, de media, dedican dos horas más cada día a cuidar su casa que los hombres. Eso, en un país en el que trabajar y cuidar a los hijos supone ser malabarista, y la decisión de abandonar el mercado laboral acaba cayendo casi siempre del lado de la mujer. Por si esto fuese poco, en los últimos diez años han muerto cerca de mil a manos de un hombre.

En medio de estos argumentos apabullantes, ¿quién puede atreverse a cuestionar que ya es hora de que las mujeres levanten la voz para reclamar el sitio que les corresponde?

Es cierto que en los últimos años ha habido algunos intentos sobre el papel para avanzar, como una ley de igualdad que, entre otras cosas, introdujo las cuotas en política. Ahora solo hace falta que estos pequeños efectos se vean amplificados a todos los ámbitos.

El 8M no es una lucha de mujeres contra hombres, debería ser sencillamente una reivindicación de mujeres y hombres en favor de la igualdad.