La red se enreda

César Casal González
César Casal AL ROJO VIVO

OPINIÓN

NORBERTO DUARTE

27 mar 2018 . Actualizado a las 07:38 h.

Cuando en la conquista de los derechos humanos que tanto costó, y sigue costando, se hablaba de ser todos iguales, se afirmaba en positivo. Todos con los mismos derechos y deberes. El ser humano en fraternidad. Nada que ver con lo que está sucediendo. Les cuento. Ya les hablé de uno de los mejores especialistas en analizar la sociedad en la que estamos hasta las cejas, el filósofo coreano Byung-Chul Han. Un crac. Somos un algoritmo. Nos tienen cachados. Sigamos regalando a Facebook lo más valioso de nuestras vidas: nuestra intimidad. A coste cero. Y lo peor es que somos un algoritmo copiado, fotocopiado. Repetido y repetitivo. Nos pastorean. Y nos han convertido en ovejas eléctricas a las que controlan sin que apenas nos demos cuenta. De estas lindezas habla en sus libros Han. Ahora ha publicado La expulsión de lo distinto. La sociedad en Red no quiere a nadie original. No los necesita. Solo precisa consumidores consumidos y que encima se realicen pensando que son muy diferentes y originales viendo series durante horas y horas. Como hace todo el mundo. Lo que antes algunos intelectuales abominaban del fútbol, el opio moderno, sucede ahora con los nuevos canales de ocio: tan trillados como cualquier partido de fútbol. Fórmulas que se repiten con muy pocas variantes y que solo buscan enganchar y engancharse en un carrusel de seudoocio para mantenernos dopados y trabajando. Siempre delante de las pantallas. Siempre con los ojos abiertos repitiendo sin saberlo lo que están haciendo millones. «La globalización quiere consumidores iguales para aumentar la circulación de capital y de personas». Siempre lejos del tacto real de aquello que habíamos sido: seres humanos. El tacto digital no es el tacto de los dedos. Nada que ver una caricia cara a cara. Crece el consumo de sexo por Internet, lo que Han llama La agonía de Eros. Este filósofo surcoreano criado académicamente en Alemania es el que mejor sabe ver la carcoma de la sociedad del siglo XXI. Una carcoma que parpadea. «Hemos perdido al animal original, a la belleza original, para convertirnos en un flujo de datos y en una unidad controlada». Hoy todos estamos en Red. Todos vomitamos nuestros mensajes, más comunicados que nunca, ¿o menos?, ¿alguien escucha a alguien con tanto mensaje? Y encima tendemos a leer solo los mensajes que nos dan la razón. Lo de nuestro palo. Por ahí va Han. Y acierta. En vez de formarnos, nos deformamos. Su solución: volver a lo que fuimos. Recuperar a la persona y cultivar con las manos la tierra. O por lo menos una planta. Recuperar lo mejor de nosotros: los cinco sentidos. Y que el ratón sea de nuevo solo lo que persigue un gato.