La grandeza científica y la cutrez política

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

19 abr 2018 . Actualizado a las 07:26 h.

Hoy no hablaré de política. Mejor dicho: voy a hablar de la política auténtica, de la que resuelve problemas, empezando por el problema de la salud, y no de esa política de los másteres, de los juegos de poder, de las conspiraciones, de las luchas de partidos y de las ambiciones. Es que se ha producido una noticia que considero sensacional: un equipo científico español ha desarrollado el primer fármaco capaz de combatir con eficacia la diabetes tipo 1. Para justificar por qué le dedico esta columna, os doy algunos datos: la diabetes 1 afecta a 10.000 niños menores de 15 años; dos millones de personas no saben que la sufren; es la responsable del 16 % de las cegueras y del 70 % de las amputaciones de extremidades inferiores, y nos cuesta cada año 23.000 millones de euros, más de 5.000 en coste sanitario directo y más de 17.000 en absentismo, jubilaciones anticipadas y gastos sociales. No me digan que el descubrimiento no tiene más impacto que el posible fichaje de Manuela Carmena por el PSOE o las maniobras para descabalgar a Pablo Iglesias.

Sin embargo, ocurre lo de siempre: por ahora no hay dinero para avanzar y poner el medicamento en las farmacias. ¿Es que se trata de un gasto imposible de asumir? Bernat Soria, que fue ministro de Sanidad y es uno de los investigadores del avance, dijo esto: «Hemos gastado 3 millones de euros; si mañana tenemos 17 millones, en unos años estaría en el mercado». Esa cantidad es una barbaridad para usted y para mí, pero es menos de la sexta parte del último fichaje del Barça y algo así como el sueldo anual de Messi o de Cristiano Ronaldo. La utilidad social del medicamento no hace falta describirla: como dijo uno de los científicos que trabajaron en el proyecto, «abre la puerta a la curación de la enfermedad». La de los futbolistas… depende de la afición que tenga cada uno a ese deporte.

Me quedo a la espera de ver quién pone ese dinero. Siempre se cuenta con la generosidad de Amancio Ortega. Quizá haya fundaciones dispuestas a imitarlo. Pero me interesa, sobre todo, saber qué hace el Gobierno. Tiene la oportunidad de conseguir un importantísimo ahorro en el gasto y de aliviar la situación de miles y miles de personas y de sus familias. Pero, claro: es un ahorro para dentro de unos años, y dentro de unos años ¿quién estará en el Gobierno? ¿Para qué invertir ahora 17 millones, si sus beneficios no van a tener efectos en las próximas elecciones? ¿Para qué aumentar el gasto en esa cantidad, ahora que cumplimos con las exigencias europeas del déficit, si sus frutos van a beneficiar a otro Gobierno, sabe Dios de qué partido? Uy, perdón: ya me estoy metiendo en política. Os prometo que no era mi intención.