Nicaragua llora por sus muertos

Héctor Estepa MANAGUA / E. LA VOZ

OPINIÓN

RODRIGO ARANGUA | Afp

La Iglesia acepta mediar entre Ortega y la oposición, pero los estudiantes exigen participar para frenar la revuelta

26 abr 2018 . Actualizado a las 07:36 h.

Nicaragua prepara una mesa de diálogo nacional clave para la solución de la crisis política que vive el país. La Iglesia católica ha aceptado mediar en el diálogo entre el Gobierno del exguerrillero Daniel Ortega y la oposición. Unos debates en los que quieren participar los jóvenes estudiantes que iniciaron las protestas y han puesto la mayoría de la treintena de muertos en las protestas iniciadas la pasada semana por los recortes en la Seguridad Social y que ahora se han convertido en manifestaciones contra la represión estatal.

Los jóvenes contarían con tres representantes en la mesa de diálogo, según la vicepresidenta de la Asamblea Nacional. El movimiento estudiantil reclamó este miércoles la destitución y el enjuiciamiento de los mandos policiales por las muertes en las protestas. Unas manifestaciones que son apoyadas por parte de los ciudadanos, pero denostadas por otros.

San Antonio es uno de los barrios más orteguistas de Managua, la capital nicaragüense. En las puertas de muchas de las casas hay banderas y pósteres tanto del Frente Sandinista (FSLN) como de Ortega y Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta del país. Entre sus callejones, formado por manzanas de viviendas de un solo piso bajo la espesa vegetación de la capital, la crítica a los manifestantes es mayoritaria.

«El otro bando reclama por los muertos que ellos tienen. Pero nosotros también debemos reclamar por nuestros dos policías que ellos también han matado», explica Marta Altagracia. Cree que algunos de quienes apoyan las protestas son desagradecidos: «Aquí hay mucha gente que son ancianos y reciben sus pensiones completas, y después de eso les regalan hasta su provisión. Hay mucha gente que ha sido favorecida con láminas de zinc para sus tejados, con casas...», comenta.

Para su vecino, Gerzan Leyton, un campesino retirado, hay una guerra de información: «Este Gobierno es humanitario y solidario. Es el Gobierno de los pobres. La derecha ha tratado de confundir. Nada tiene que ver que haya manifestaciones con que haya delincuencia. Es una protesta delincuencial y está bueno que la pongan en su lugar», señala, aludiendo a los saqueos que se han producido en los últimos días en varias ciudades del país, de los que cada bando se acusa mutuamente.

Entre los vecinos que se definen como férreos sandinistas hay también quien toma distancia del Gobierno de Ortega. «Yo soy un combatiente revolucionario de los originales. Combatí a Somoza y a la contrarrevolución. Estoy de acuerdo en que el Gobierno de Ortega ha sido muy importante para el pueblo de Nicaragua. Claro que todo Gobierno, en especial este, se equivoca», expone Roberto López. Una chapa con una fotografía suya antigua, fusil en mano, decora su sombrero.

«La libertad de expresión es un derecho ganado con la revolución de 1970. El Gobierno actual debe hacer énfasis en ella porque la libertad de organización y de movilización son un punto muy importante para que el pueblo sienta que este Gobierno es del pueblo», dice el excombatiente.

Una ponderación que este miércoles también se hizo en el seno del FSLN: «Nos toca hacer un balance crítico de los sandinistas y encontrar en qué hemos pecado», dijo secretario de Relaciones Exteriores del partido, Jacinto Suárez. Estima que las reivindicaciones de los estudiantes son exageradas: «No se puede llegar a una mesa a pedir que se vaya todo el mundo», señaló el diputado. Está por ver cuál es la voluntad real de diálogo de ambas partes.