Vale todo. Nunca nos comunicamos tanto. Nunca escribimos tanto. Nunca circuló tanta información a una velocidad similar a la del parpadeo que sufres tras consumir drogas de aceleración o chupitos de tequila. Encima gratis total. O en apariencia gratis. En las redes sociales ya sabemos que el producto eres tú. Que comercian con los datos de una intimidad que regalas. Hasta nunca se leyó tanto y tan mal, pero se lee. A esta ceremonia contribuimos los medios regalando nuestro trabajo. Porque yo lo valgo. Y el «Eurosubidón» total de este desenfreno de datos y barbaridades tiene su Himalaya una vez al año con el despiporre que es Eurovisión. Yo, que echo de menos aquella mítica Recopa de Europa con los campeones de Copa de los países europeos, me tengo que comer que Australia sea parte del viejo continente. Qué más da la geografía que estudiamos. Son las leyes del mercado, que no tiene leyes. Este es el nuevo mundo en el que vivimos. El sexto continente recién descubierto. Tanto mirar hacia las estrellas por el camino más difícil (ad astra per aspera) para encontrar un plan B al planeta Tierra y resulta que lo estábamos pariendo aquí: en las pantallitas. El sexto continente es digital y su contenido muchas veces da grima o miedo. Nos comunicamos sin hablarnos. Las canciones en Eurovisión dan igual: lo que de verdad importa es poner una parida en la Red. ¿Dónde quedó aquella solemnidad del teléfono con los números en la rosca y que solo descolgarlo imponía? ¿Dónde aquella seguridad del periódico que te dejaban en la puerta con la botella de leche? Nunca mentir fue más fácil. Más multiplicable. Más barato. Y más rápido. Circula, cómo no por Internet, un vídeo de un crío de doce años que se acerca por primera vez a aquellos teléfonos de rosca, escucha el ring, ring y no sabe qué hacer. Cómo descolgar. Por dónde hablar. Mete sus dedos en los números de la rosca y no entiende nada. En el sexto continente que hemos descubierto o empezamos a discriminar o corremos el riesgo de meter también el dedo, pero en la boca para que nos den arcadas y arcadas de saturación por opinión. Hasta miramos si estamos enfermos en la Red y nos recetamos nosotros mismos en Foro Coches. Para qué ir al médico. No vaya a ser que sepa de lo que habla. Ahí les dejo: con el «Eurosubidón». Ganó Israel, todavía no un canguro australiano. No se espanten. Llegará lo del canguro.