Rajoy: un cadáver exquisito

OPINIÓN

01 jun 2018 . Actualizado a las 18:33 h.

«Si cae Bárcenas caerá Rajoy», le dijo Rosalía Iglesias a Raúl Del Pozo, y no se equivocó. La mujer del extesorero del PP parece desenvolverse bien con las profecías, y sin necesidad de contemplar anos ni manosear pezones. Cuando llegue a la civilización el Maestro Joao se va a encontrar en el paro, junto a Rajoy y Zidane.

Mariano Rajoy ha llegado tarde está mañana a su funeral en el Congreso, la impuntualidad, se ve, no es sólo cosa de los millennials. «Rajoy es uno más cuando está aquí. No es mucho de playa, se le suele ver más a la hora del vermú en los bares», me dijeron una vez que pregunté por el expresidente en Sanxenxo. Y se nota que es de bares. Mariano prefirió no acudir a su ejecución pública y permaneció toda la tarde en Arahy junto a su camarilla. Mientras el bolso de Soraya acaparaba la atención, -muchos no se dieron cuenta hasta abandonar el hemiciclo que el bolso no era Rajoy- en el reservado del restaurante de la calle Alcalá volaba el güisqui -no me extrañaría nada que estuviese acompañado de puros y unas partidas de dominó-. Dicen en lo de Inda que de la moción se habló poco, que la dimisión de Zidane copo la comida y la larga sobremesa. Mariano siempre está a lo importante. Salió cuando ya era de noche, acompañado por sus escoltas y con cierto aire de aturdimiento y brillo en sus ojos. «Este muerto está aún vivo», parecía querer decir. Pero se antojaba más como la típica escena cuando te pasas de copas y tus colegas te meten en el taxi y acompañan a casa. Tiene que ser jodido ver tu muerte desde un plasma: de ahí el alcohol.

Rajoy es un cadáver exquisito. Hizo del inmovilismo, del suyo propio y del de su ejecutivo, una manera de gobernar. Él no se movía porque hacía años que ya estaba en el sitio. Al final lo ha tumbado la Gürtel’ y Pdr Snchz: un tipo que hace poco estaba dando vueltas por España en un Peugeot y ahora dirige el país. Pedro entró sin un escaño y sale como presidente. A éste que todos consideraban acabado ahora le llamaran estratega.

Mantener a M. Rajoy como presidente del Gobierno era algo inviable y que atentaba a contra los intereses de nuestro país y contra la voluntad de los españoles. Bien. Pero Sánchez capitaneando un ejecutivo tan dispar y compuesto por tanta excrecencia no es para nada una buena noticia. Han buscado su beneficio propio (Rajoy no reconocer la corrupción dentro de su partido, ni asumir responsabilidades. Sánchez por su afán de lograr llegar a presidente por todos los medios posibles) desatendiendo la gestión de la nación. A Pedro se le presenta una situación muy difícil de gestionar, y lo lógico sería convocar elecciones rápidas, pero no parece esta la intención del socialista: la ambición apremia.

Hoy unos estarán contentos porque la izquierda recupere el poder, otros horrorizados por tal cosa. Mientras tomaba un café, dos hombres trajesdos ironizaban con realizar un nuevo 15M en la Plaza de La Escandalera para protestar contra la situación y el gobierno de izquierdos; un decía: «Nada de tienda de campaña, yo mando que me construyan una caseta prefabricada. A ver si van a creer que somos perroflautas». En fin. La polarización y maniqueísmo de la sociedad española es cada día mayor, y no parece que haya visos de solución. Hoy es un día para estar tristes.