Gestos y distensión

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto Sánchez Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

04 jun 2018 . Actualizado a las 07:27 h.

La debilidad parlamentaria con la que ha de convivir el presidente Sánchez lleva a pensar que su tiempo al frente del Gobierno, que tampoco será mucho, únicamente le permitirá realizar algunos retoques. Unas pinceladas sobre la herencia de los gobiernos de Rajoy para limar aquello que más ha chirriado en estos últimos años. Serán gestos, en la mayoría de los casos de bajo coste económico, pero que pueden reportarle importantes beneficios de cara a la próxima reválida electoral. Porque, además, hay que contar con la terca oposición de PP y C´s y la desgana de Podemos. Prescindir de símbolos religiosos en su toma de posesión ha sido un gesto. Nada más que un gesto, sin coste económico, pero que le imprime un gran simbolismo. Y como este van a llegar otros. La ley mordaza, la condecoración a Billy el niño, la prisión permanente, igualdad de salarios, potenciación del sistema de dependencia, independencia de los medios públicos, alejar a la Justicia de los vaivenes políticos, modernizarla; retocar la reforma laboral y revisar los acuerdos con el Vaticano van a ser los asuntos de más fácil resolución a los que sin tardar mucho hará frente. Otros, como las pensiones, el salario mínimo, las prestaciones de desempleo o la lucha contra la pobreza, ya requerirán de un esfuerzo económico, de pactos y acuerdos y, por tanto, no serán tan fáciles de llevar a cabo. Y con los gestos, la distensión. Los soberanistas catalanes, por boca del carismático Torra, ya han dicho lo que quieren. Lo mismo que hace tres meses, pero ahora sí parece factible hacer eso que pidió hasta el juez Llarena, que es llevar el conflicto al marco político. Sánchez tiene la obligación y la capacidad de rebajar la tensión creada en los últimos años, en los que el único plan fue echar gasolina al fuego hasta lograr una hoguera que ahora habrá que comenzar a apagar. Gestos y distensión. Ese va a ser el programa de gobierno de Pedro Sánchez que ocultó en la sesión de la moción porque tampoco es necesario anunciar algo tan elemental. Pero si logra que los gestos calen habrá conseguido que el escepticismo y el rechazo social a la clase política se rebaje sustancialmente. Y eso será beneficioso para él y los suyos; pero, por encima de todo, será provechoso para nosotros, que llevamos años instalados en la crispación y el desasosiego. Algo ganamos.