Rondaba el año 98 del pasado siglo y era, para más datos, verano. Parte del mes de junio lo disfrutaba con mi familia de Laviana, para no desvincularme de la zona y poder convivir con ellos y ellas. Ante el hastío que provoca el estío mi abuelo, buen conocedor de los parajes del Alto Nalón por haberlos vivido desde niño, me subía al coche y me llevaba a bañarme. Por aquel entonces existían pocos lugares donde se podían combinar el sol y el agua dentro de la Cuenca Minera. Una eran las piscinas de Penjamo o las de Llorío -ya cerradas- y el otro las piscinas de Sobrescobio. Pero después de varios días consecutivos de visitas, se me antojaban aburridas. Y la cabra, como siempre , tira al monte...
Subíamos río arriba en un Talbot Horizon y me llevaba al sitio donde más me gustaba bañarme: en el río. Pasábamos el puente bajo Coballes y siempre preguntaba si íbamos a visitar a la tía que él tenía allí. Me parecía increíble que una mujer de tanta edad pudiese leer tanto y, para más colmo, como si estuviese en clase sentada en un escaño. Pero sabía que debajo de Coballes no me podía bañar. Había una tubería que olía fatal, por lo que seguíamos el cauce hacia Caleao y en un meandro nos bañábamos. Y, al estar yo obsesionado con los barcos, me creía un pirata o un explorador del ártico.
Cuando refrescaba la tarde volvíamos a la Pola y después de toda la tarde de ensueños naúticos me imaginaba que en el pantano de Tanes había un barco vikingo, construido de faya, castañu y roble. La verdad es que la obsesión era tal que me puse a investigar cualidades, en la medida de mis posibilidades infantiles, de las maderas para las distintas partes del barco. El único problema que le veía era cómo salir al mar... Habría que tirar los muros de hormigón para que el barco tocara la superficie del Cantábrico... Total... todo lo que había río abajo era gris y sucio... La Felguera estaba construida sobre escombros... y el río estaba acanalado para que no inundase los distintos llerones... Luego comenzaríamos, mis vikingos y yo, una lucha sin cuartel con la que cambiar la situación que nos atrapaba...
La verdad es que podría decirse que estos sueños infantiles, de una noche de verano, parece que se van a cumplir con la posibilidad de que los Embalses del Alto Nalón puedan navegarse. Y me pregunto: ¿qué supone, de facto, esto para las personas que habitan en este entorno? ¿qué supone para los otros organismos vivientes que moran en esos parajes?, ¿podrá navegarse a motor o a vela en un 470 o en un Snipe?, ¿habrá canoas o piraguas?, ¿se plantea el uso de catamaranes del estilo de los de la Ribera Sacra Gallega? En definitiva... ¿cuál es el plan que se tiene realmente?, ¿qué es lo que se quiere...?
Yo propongo que, ahora que se ha vuelto a poner de moda el tema vikingo, por el ingente consumo de contenidos audiovisuales que se están produciendo, el que desee formar una tripulación vikinga avise. Tengo los planos detallados al respecto desde que soy niño. Renuncio a ser capitán y a dirigir a la tropa. Pienso que es más sano hablar, informar y decidir sobre estas cosas en conjunto. Es decir con todas las personas, involucradas.