Entre Kennedy y Julio Iglesias

OPINIÓN

03 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Veo las fotos de Pedro Sánchez en el «Falcon» (avión de las Fuerzas Aéreas) y tengo que reconocer que el reciente presidente da bien a cámara, en otra cosa no, pero en imagen hemos ganado. Hay una serie de fotos en las que Pedro aparece con gafas de sol dentro del avión: con lo fácil que es correr la cortinilla cuando pega el sol. Parece que sus asesores quieren hacer de «Snchz» el nuevo Kennedy o un Obama Blanco. Ya le hemos visto corriendo por La Moncloa sin desprender una sola gota de sudor y, tras estirar, acariciar a su perro. Ahora nos lo muestran en su faceta de «chico Martini», sólo faltaba que se acariciase sus labios con el pulgar mientras departía asuntos con José Manuel Albares. La cabeza pensante tras todas estas muestras de la intimidad de nuestro presidente es la de Iván Redondo, que de poco sabe y todo lo aprovecha. El problema es que Pedro es más castizo, y a la hora de establecer comparaciones está más cerca de la famosa foto de Julio Iglesias, en tirantes, comiendo KFC y tortilla. Así anda «Pdr Snchz»: entre Kennedy y Julio Iglesias; pero sin el carisma, la belleza y las mujeres.

Quién sabe, si como decía Gistau, nada de esto es pose, simplemente se debe a un orzuelo o la convalecencia tras una operación. Que PS, aunque se mantenga juvenil, ya va teniendo sus años y las bolsas y patas de gallo empiezan a aparecer. O, quizá, se haya visto forzado a utilizar las gafas para no quedar ciego tras las miles y miles de fotos que le realiza su fotógrafo personal y con las que luego nos bombardean en Twitter: la nueva política era esto.

Verán lo que tardamos en ver a Pedro Sánchez y familia surcando los mares a bordo de una lanchita de estas sencillas, con motor fueraborda y sin camarotes. Es posible que les valga una pedaleta, por eso de socialista y obrero. Pero nada de ver al presidente en un velero, eso son cosas de pijos; y no sabe navegar. Desde aquí una pequeña recomendación, haga lo que haga, no se olvide de tomar «Biodramina», no queda bonito salir en las fotos vomitando.

Snchz, con su «books» al más puro estilo «instagramer» adolescente, deja claro cuál es el nivel y su España: esa burguesía proletaria -Milonaria en su caso, el suegro con «Saunas Dan» ha ganado mucho dinero-, un tanto cutre, que compra en «El Corte Inglés» el polo con la marca más grande en el pecho. Lo de Sánchez es aparentar, sólo imagen. Lo superfluo, lo populista, la foto, es más importante que el hecho y el fondo. Y así sólo se consiguen «likes», «followers» y ligar; pero no se gobierna un país.