La semana negra de Pedro Sánchez

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Kiko Huesca | efe

24 jul 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

Cuando todo se basa en la suerte, en las circunstancias, no en el trabajo y en el método, sucede que lo que parecía que iba bien se puede tornar en pesadilla con un golpe de viento. Pedro Sánchez alcanzó la presidencia en una carambola de odio sin precedentes. Y semejaba que todo le salía con la foto de una sonrisa y poco más hasta este fin de semana. 

A bote pronto podría pensarse que, si Casado comete el error de no centrarse, Sánchez tendría asegurado el filón de centro. Pero Pablo Casado tiene aún mucho que decir. Soraya era mejor rival en la derecha, por lo natural que era adjudicarle la herencia del PP y de Rajoy. No es palo menor que Casado haya tomado las riendas. Hasta el enfrentamiento lógico de Casado y Rivera por los mismos votos podría provocar un escenario de triple empate que haría que el PSOE tuviese casi imposible buscar aliados y que terminasen por entenderse Casado y Rivera en un largo gobierno de centro derecha en España.

Pero el presidente ha llevado otros golpes más dolorosos estos días. Aquellas fotos de propaganda hortera de Sánchez con las gafas de sol en plan Tom Cruise en el avión presidencial no fueron buen augurio. Como tampoco el tweet surrealista de sus manos. Demasiada querencia por la imagen. Y cuando todo es imagen (con tan pocos diputados) el castillo se desmorona.

Por algo le gustaba a Sánchez el avión que pagamos todos y que tiene derecho a usar por trabajo como presidente. Tanto placer le da que cometió el error de utilizarlo para ir a un concierto con su mujer. Da igual cómo lo quieran disfrazar. Es absurda la disculpa de la reunión con Ximo Puig y de la firma en el libro de oro del ayuntamiento. Sánchez y su mujer cogieron el avión de los españoles al modo Alfonso Guerra, solo que, en vez de para escapar de un atasco, lo hicieron para ver a un grupo de música.

Encima como se han dado cuenta de que la metedura de ala es espectacular sale la vicepresidenta del Gobierno a insultar a los españoles al decir que se trataba de «agenda cultural». La presidenta de Croacia fue a un mundial, en el que su país fue ejemplo de trabajo y lucha, y lo pagó de su bolsillo. Nos falta mucho que aprender. El político, tenga el cargo que tenga, termina su jornada como la finalizo yo. Y debe de irse a su casa en su coche, como hacemos la inmensa mayoría.

El Himalaya de la semana negra es que Puigdemont haya tomado el poder en el PDECat. Nunca una mayoría, aunque fuese tan frágil, duró tan poco. Adiós a los 176 diputados. La vicepresidenta de Puigdemont, Míriam Nogueras, ya ha dicho que se acabó el apoyo a Sánchez. Que sus escaños saldrán tan caros que el socialista no sabe lo que le espera. Míriam Nogueras es conocida por su tibia frase: «España es un estercolero putrefacto». El presidente llegó al poder gracias a la jugada nefasta de Rivera que rompió la baraja antes de tiempo pensando que era su momento. Y sabe, como su equipo, que en realidad no gobiernan. Que hacen anuncios en lo que es la campaña electoral más larga y cara (techo de gasto) de la Historia de nuestro país.