Alberto Llera y el Minisella, una pequeña gran historia de amor al deporte y a Asturias

OPINIÓN

30 jul 2018 . Actualizado a las 08:08 h.

El nombre de Alberto Llera está inscrito con letras de oro en la historia del Descenso Internacional del Sella, y es que este palista riosellano exhibe en su palmarés sellero nada más y nada menos que nueve pódiums, habiendo resultado en cinco ocasiones vencedor de esta carrera de piraguas: una en K-2, y cuatro en k-1.

Pero resulta que Llera, además de un gran campeón de piragüismo, es también un apasionado sellero. Hasta tal punto que de todos los vencedores de esta mítica prueba es el único que, por el momento, se ha involucrado a tope con los más pequeños para sembrar en ellos la semilla del espíritu sellero.

Alberto Llera es hoy por hoy el alma del Minisella, una competición deportiva para niños surgida hace 12 años en el Club de Piragüismo El Sella, que recrea fielmente el ambiente y símbolos selleros, y en el que los jovencísimos piragüistas (ninguna supera los 14 años) descienden el río desde los Campos de Oba hasta Ribadesella. En realidad, es todo igual que en el Sella de los grandes, pero se recorre menos distancia.

El sueño de Alberto es crear, a través de esta prueba, una gran escuela de campeones, y sobre todo que los chavales se hagan adictos a un hábito tan saludable como es el deporte del piragüismo, y si es en el Sella, aún más.

Para Alberto Llera el Sella siempre fue lo máximo en lo deportivo y en lo personal, y ese sentimiento es el que quiere transmitir a los más chicos, que con semejante escuela, muy pronto comenzarán a soñar con ganar el genuino Descenso Internacional del Sella.

Por esta razón, Alberto está volcado desde hace unos años en la organización del Minisella, con el firme propósito de convertir esta prueba en una cita de referencia, tanto en el ámbito nacional como en el internacional (siendo éste último un reto que piensa afrontar muy pronto).

Con muy pocos recursos, Alberto Llera se convierte en un auténtico hombre-orquesta y cada año obra el milagro del Minisella, cada vez más perfeccionado en la búsqueda de su similitud con las Piraguas. Y cada vez más conocido y apreciado entre los jovencísimos deportistas, que en esta edición de 2018 suman más de 400.

El Minisella es el prolegómeno perfecto para la gran fiesta de las Piraguas, que cada año se siente más orgullosa de tener un hermano pequeño con tanta proyección. Y por supuesto, es un incentivo muy original y auténtico para la iniciación a un deporte fascinante que tiene en el río Sella uno de los escenarios más privilegiados del mundo.

Con la fuerza y las ganas que tiene Alberto Llera, todo hace presagiar que al Minisella le aguardan muchas páginas de gloria, y que un día no muy lejano algún campeón o campeona del Minisella, también lo será del Descenso Internacional.

Entretanto Alberto seguirá volcado en sus jóvenes discípulos, y vivirá Las Piraguas con la pasión de un sellero que durante muchos años estuvo a pie de cepos y de río, aguardando la salida con la concentración y la pasión que solo tienen los auténticos campeones.

La historia de Alberto Llera y el Minisella es otro de esos episodios prodigiosos que tan solo se dan en este río de emociones cristalinas.

Lo cierto es que ver a un campeonísimo, con esa humildad, entregado a la tarea de formar enamorados del Sella y del deporte, y preocupado por crear cantera de buenos piragüistas en todos los sentidos, resulta cuando menos gratificante y esperanzador.

No me cabe duda que lo de Alberto Llera con el Minisella es una pequeña gran historia de amor al deporte, a la vida y a Asturias.