Drama es que llegue el verano y no entres en una XXS. Que tu novio deje de seguirte en Instagram. Que se te acabe la batería en pleno postureo. Que tu make up no aguante toda la noche. Pero claro, ¿qué sería la vida sin drama?
Este es el texto promocional del nuevo espacio cinematográfico Sofá, Cine y Divinity, centrado en el drama y el thriller, bajo el epígrafe Drama Queen. Sobra decir que es un auténtico drama, pero publicitario. Un auténtico bofetón a todos los esfuerzos y campañas que medios y canales de televisión -incluido Mediaset- difunden para que la anorexia no rompa más vidas y los cerebros de los adolescentes no encojan a la misma velocidad que la de su talla.
Solemos describir Twitter como un nido de víboras agazapadas tras el anonimato. Pero toca decir bravo por esta y todas las redes sociales que han servido de altavoz contra este desacierto. Lástima que el grito no haya llegado a oídos de nadie y se haya difundido a pesar de todo. A pesar de que este periódico publicase hace unos días la condena a un menor que acuchilló a su madre por su adicción a Internet. A pesar de que la Cruz Roja nos advierta de que una de cada cien adolescentes padece anorexia nerviosa y cuatro de cada cien tienen bulimia. Como diría Fangoria, «no quiero más dramas [de estos] en mi vida».