Una y otra vez

Fernando J. Alonso TRIBUNA

OPINIÓN

09 ago 2018 . Actualizado a las 08:39 h.

Más allá de la satisfacción inicial por esta importante operación, la nueva -y enésima- detención de relevantes capos del narcotráfico gallego vuelve a poner sobre la mesa cuestiones sobre las que entendemos que es urgente y prioritario reflexionar.

En primer lugar, el nulo propósito de arrepentimiento y reinserción que muestran los grandes narcotraficantes. En seis meses hemos conocido la detención de Sito Miñanco, Manuel y Melchor Charlín, Jacinto Santos Viñas y una veintena de peligrosos traficantes, muchos de ellos históricos.

Una vez más la realidad supera a la ficción, vemos cómo los narcos reinciden sin escrúpulo alguno cargando la maldita droga una y otra vez, poniendo en peligro la salud y la seguridad de todos los ciudadanos. Algo está fallando en nuestro sistema legal cuando permitimos que estos criminales vuelvan a traficar una y mil veces para asombro y desesperación de la ciudadanía. No escarmientan ni tienen propósito de enmienda.

La segunda cuestión, directamente relacionada con la anterior, resulta especialmente inquietante: en esta operación, Manuel Charlín ha sido detenido estando en libertad bajo fianza (30.000 eurillos impuestos en su día, también esto habría que revisarlo) y esperando un juicio por la Operación Repesca; Jacinto Santos Viñas fue condenado en el 2008 a 28 años de cárcel y estaba ya en libertad condicional. El propio Sito Miñanco, cuando fue detenido, estaba disfrutando de un tercer grado... Y esto no es casualidad, no es un secreto que hay decenas de casos como estos.

La consecuencia es que estamos dándole grandes ventajas a peligrosos delincuentes, que se aprovechan de las bondades de un sistema legal y penitenciario que, al menos en este aspecto, no está diseñado para ellos. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, pero no podemos pecar de ingenuos. Haríamos bien en revisar los criterios y mecanismos de concesión de los beneficios penitenciarios a criminales especialmente peligrosos. Y los narcotraficantes lo son.