Paga, paga, clase media

OPINIÓN

Mariscal | efe

22 sep 2018 . Actualizado a las 10:22 h.

Supongo que todos ustedes recuerdan uno de los más solemnes compromisos de este Gobierno: si hay que subir impuestos, se suben, pero solamente a los ricos, a los que ganan más de 140.000 euros brutos al año, a las grandes empresas y a la banca, aunque esto último está por ver. A un gobierno de la sensibilidad social que este tiene, jamás se le ocurriría, por Dios, cebarse fiscalmente en las clases medias, que bastante han pagado ya. Oye uno esas cosas y se pone a temblar: si los ministros prometen no cargar con más impuestos a los paganos de siempre, ¿cuánto tiempo tardarán en rectificar?

Poquísimo. No han tardado nada. Y siguen dispuestos a desdecirse a golpes de la técnica del globo-sonda. El partido del Gobierno anunció hace solo dos días que va a proponer la creación de un impuesto al ahorro, naturalmente matizando que será «muy selectivo». No sé si queda alguien de la clase media española que consiga ahorrar algo, pero el mero hecho de pensar en ese impuesto significa que están tramando meter la mano en la cartilla de quien está guardando unos euros para la jubilación o para quien quiere estar a cubierto de las turbulencias. Quien haya elegido como forma de ahorro la inversión -en ladrillo, en acciones, en lo que sea- se librará de la nueva voracidad fiscal.

Al mismo tiempo, el partido Podemos, de tanta influencia en el señor Sánchez, ha recomendado por boca de Pablo Echenique que se retiren los beneficios fiscales de los planes privados de pensiones, que el señor Montoro ya se había encargado de recortar con su conocida eficacia. Quizá convenga recordar que esos estímulos eran su único atractivo. Retirarlos será cargarse los planes, porque en el pensamiento progresista de Podemos solo puede haber pensiones públicas. El resto es capitalismo soez y beneficio de la banca. Y así, al autónomo que se va a jubilar con una pensión de miseria le arrebatarán el único medio que tiene de disfrutar de una vejez digna. Seguramente es que Echenique piensa que el autónomo es un potentado al que hay que esquilmar.

Y para rematar el cuadro, ayer se supo también cuál será la subida del diésel de automoción: 3,8 céntimos por litro como primera entrega. Por supuesto, ya sabemos que no se hace por recaudar, que en este país nada se hace por recaudar; se hace para no contaminar.

Y tampoco se hace para ensañarse con las clases medias: ya sabemos que los coches diésel son los que usan los ministros y los que tienen los millonarios en sus garajes. Eso, sin pensar en los puestos de trabajo -también de millonetis- que la aversión oficial al diésel va a poner en peligro. Esos trabajadores tampoco son clase media. Todo es un despropósito. Un despropósito servido con el disfraz de la igualdad.