Sufrimiento cero

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Moncho Fuentes

30 sep 2018 . Actualizado a las 09:38 h.

En la nebulosa impenetrable del dolor crónico, ese que por ejemplo te provoca tu marido al asesinar a palazos a tu hijo, los que observamos el drama desde fuera nos preguntamos cómo se sobrevive a algo así. En una semana que debería avergonzarnos a todos y que se saldó con la cosmética de siempre, esa mujer se erigió en el símbolo involuntario de una tragedia nacional que, digámoslo a lo bestia, digerimos como si fuese un cocido que provoca flato. Admitamos que el tic tac terrorífico de los feminicidios importa lo justito. Qué horror que maten a estas mujeres y a sus hijos; sigamos con la mierda de Villarejo. La ilustradora Emma Gascó lo clavaba esta semana: si en septiembre hubiesen muerto 13 personas de salmonelosis estaríamos hablando de emergencia nacional. Pero, claro, no es salmonelosis. Solo mujeres asesinadas.

Así que están las muertas. Y está también esa madre de ese hijo asesinado a palazos y la madre de esas otras dos niñas asesinadas con premeditación y alevosía, un crimen anunciado y previsto, comunicado antes de que sucediera a una jueza que no lo vio. Un psicólogo puso ayer nombre a la vida que les resta a estas dos mujeres: nunca más tendrán sufrimiento cero. Qué éxito de sus maltratadores. Qué fracaso de todos.

Lo más desconcertante de una tragedia personal es comprobar que el mundo sigue sin reparar en tu dolor.

Constatar que tu desgarro no paraliza nada más que a ti, en realidad. ¿Qué opinará de todos esa mujer de Castellón cuyo maltrato fue despachado con la consideración de bajo riesgo? ¿Cómo se castiga una negligencia tan intolerable?