Comida escolar. De B a O

OPINIÓN

09 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquier pensamiento factible que al hombre se le pase por la cabeza es materializado. Ejemplo, nombrar senador a un caballo, o capturar a los extraterrestres una nave espacial de proporciones cósmicas y plantarla donde antes había un espacio verde en el que unos tipos luchaban a lo gladiator por una esfera ante el delirio de miles de espectadores.

Tan abrumadoramente sin sentido son los hechos de los hombres que convendría tenerlos por «razonables», y por «absurdos» los que antes eran tenidos por «razonables».

Por eso, que la comida que se sirve a los escolares de Oviedo viaje desde Barcelona, entraría en la revisada categoría de «razonable» Aunque parezca que lo sensato fuese que se cocinase en Oviedo, o cercanías, solo lo parece. Todavía peor: la tendencia que se está abriendo paso de volver a las cocinas en los centros, es una aberración.

La selección de un cáterin situado a más de 900 kilómetros no indica, pues, que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo sea un conjunto de imbéciles. Al contrario, lo señala como un conjunto de genios.

Además, si esa empresa, como se afirma, forma parte del tejido económico que apoya a los nazis catalanes, concordaría con las prácticas de los hermanos mayores del tripartito.

El PSOE suministra gasolina para que el fuego se propague con más celeridad por Cataluña. Unidos Podemos contribuye a las arcas de los fascistas teñidos de pinturas progres a través de la pareja de Galapagar, que obtuvo un crédito de una financiera afín a los golpistas para acomodarse en esa pseudo Moncloa de amplia parcela, piscina singular, chalé a la altura y casita para invitados.