El presidente y el lodazal

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

Ballesteros | efe

11 oct 2018 . Actualizado a las 07:51 h.

El señor presidente del Gobierno tiene toda la libertad del mundo para cambiar de opinión y de estrategia. Puede, por tanto, decir en EE. UU. que acudirá al Senado a rendir cuentas de su tesis si así se lo exige la oposición y rectificar días después. Puede incluso inventar el truco de proponer un debate sobre las autonomías en la misma Cámara con el objetivo de no hablar de su trabajo de doctorado. Lo menos que se le puede pedir es que, si cambia de opinión, lo reconozca. Sería un detalle de transparencia y confianza, incluso de buen gobierno, que los políticos no suelen tener con los ciudadanos, pero se agradecería.

Pero aquí nadie da su brazo a torcer. El señor presidente considera que no tiene que explicar por qué cambia de idea, ni siquiera que ha cambiado de idea. Las exigencias de claridad se hacen cuando se está en la oposición y se olvidan cuando se llega al Gobierno. Veremos si la estrategia le sale bien, porque el PP puede hacerle la jugada de crear una comisión de investigación. En lo que tienen razón el presidente y sus portavoces es en que España tiene asuntos más importantes para discutir que una tesis doctoral y a ellos deberían estar entregadas las cámaras legislativas. Y donde el presidente y sus portavoces vuelven a perder la razón es al justificar por qué no aceptan el debate sobre su tesis: no quieren convertir las instituciones en un lodazal. Es para quedarse perplejos. ¿Pedirle a un jefe de Gobierno explicaciones sobre un trabajo suyo es ensuciar el Senado? ¿No lo sería, en cambio, que el PSOE se las pidiera hace medio año a don Mariano Rajoy? Echar al señor Rajoy de la presidencia por un escándalo de corrupción en el que no tuvo responsabilidad demostrada ¿ha sido convertir al Congreso en un lodazal? ¿Es un lodazal la comisión parlamentaria que investiga la financiación del PP, que habría que llamar «comisión Rufián»?

Los parlamentos han sido creados para legislar, y para controlar a los gobiernos y los gobiernos tienen la obligación constitucional de comparecer cuando los parlamentos se lo demandan. Una tesis de doctorado será una pequeña cosa si se la compara con el problema territorial, pero si esa tesis es del presidente y hay sospechas sobre su autoría, el presidente no debe permitir que haya dudas en la sociedad. Es una cuestión ética, que debería estar por lo menos a la altura de los asuntos ordinarios de la Administración. El lodazal se hace donde hay basura. Crece cuando no se limpian los lodos. Y se agiganta cuando alguien no los deja limpiar.