El informe «PIPA»

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

22 oct 2018 . Actualizado a las 08:52 h.

El pasado viernes escuché los discursos de los premiados en la edición de los Premios Princesa de Asturias. Disfruté con la pasión por el mar de Sylvia Earle, con la lucidez del profesor de Harvard Michael J. Sandel y con el coraje de Alma Guillermoprieto. Seguí con atención, también, a Martin Scorsese, figura indiscutible del cine contemporáneo, quien afirmó: «Las películas de Luis Buñuel están más vivas y son más actuales que los tuits». En resumen, pasé un buen rato disfrutando de la fortaleza y el compromiso profesional de todos los que intervinieron, pero, mi gozo en un pozo, a la ceremonia de entrega de los premios siguió un telediario en el que la noticia central eran las declaraciones de la exministra García Tejerina sobre la educación de los niños españoles y las posteriores reacciones.

Vayamos al asunto. Al parecer la exministra afirmó: «En Andalucía lo que sabe un niño de diez años es lo que sabe uno de ocho en Castilla y León»; polémica afirmación, sin duda, en la que la ministra se reafirmó basándose en el Informe PISA. No soy un experto en la cuestión, pero, por lo que he leído, el citado informe no se refiere a niños de esas edades sino que evalúa las capacidades en determinadas áreas de niños de quince años (cuarto de ESO). En caso de referirse a niños de esas edades debería consultar el informe TIMMS que evalúa cada cuatro años el rendimiento en Matemáticas y Ciencias de los alumnos esa edad. Adicionalmente, la exministra debería tener en cuenta que en este informe los datos no están desagregados por comunidades autónomas y, por tanto, no puede sostener lo que ha dicho.

Pero si García Tejerina se ha colado, más sorprendente han sido las reacciones de Susana Díaz y de miembros del Partido Popular andaluz. Han dicho que son «declaraciones supremacistas», que «los niños andaluces no son menos inteligentes que la media» y que todos los niños andaluces son «un diez», como los de Castilla y León, supongo.

Estos argumentos, propios de la edad de los niños evaluados, no han hecho más que poner de manifiesto su absoluta ignorancia sobre el tema, al confundir un método de evaluación del sistema en que los niños son educados con la inteligencia de los niños.

Todo esto me ha sugerido dos cosas. La primera es la necesidad de evaluar las capacidades y aptitudes de nuestros políticos mediante unas pruebas similares a las del informe PISA. Le llamaríamos el informe PIPA (Programme for International Politicians Assessment) y con su ayuda obtendríamos información valiosa sobre el nivel intelectual y la capacidad de comprensión lectora de nuestra clase política. Los resultados serían demoledores, tanto en conjunto como desagregados por comunidades autónomas.

La segunda, sin duda más importante, es que Sylvia Earle o Michael J. Sandel, por citar solo a dos de ellos, son los verdaderos referentes sociales de nuestro tiempo, con una solvencia intelectual que contrasta con la banalidad, los tópicos y los tuits de muchos de nuestros políticos.

Solo espero que el sistema educativo público logre que los niños andaluces y castellano leoneses sepan diferenciar entre la fortaleza moral de los premiados y la endeblez intelectual de los políticos actuales.