La serie de Netflix, basada en la novela de Shirley Jackson «La casa encantada», es tan adictiva que se disfruta hasta su desenlace
30 oct 2018 . Actualizado a las 12:39 h.Nadie quiere volver apagar la luz después de ver La maldición de Hill House. Los ruidos del día a día se vuelven inquietantes en la oscuridad tras las prodigiosas diez horas de terror que firma Mike Flanagan con su libre adaptación de la novela de Shirley Jackson de 1959, obra por excelencia sobre casas encantadas. Stephen King, que reconoce a la autora californiana como uno de sus referentes -El resplandor es su heredera más inmediata-, ha dado su bendición a esta actualización gótica que apadrina Netflix. «No suelo interesarme por esta clase de revisionismo, pero este es magnífico. Cercano a la obra de un genio realmente. Creo que Shirley Jackson lo aprobaría, pero quién sabe», escribió en Twitter King, autor que dosifica el elogio incluso para las adaptaciones de sus propios libros.
La maldición de Hill House es terrorífica desde el primer momento, pero cuenta con una narración emotiva y alejada del susto fácil que permite doblegar el pánico. Su relato en dos tiempos, fragmentados como un caleidoscopio, presenta el drama de una familia devastada por los miedos, los traumas y los sentimientos de culpa. Arrastran sus miembros la pesada losa de unos meses vividos en la mohosa y fantasmagórica Hill House. La serie es tan adictiva que se disfruta hasta su desenlace, con capítulos redondos, como el sexto, que estarán entre los mejores productos de este año.