El precio de la verdad

Miguel-Anxo Murado
Miguel-Anxo Murado EL MUNDO ENTRE LÍNEAS

OPINIÓN

ERDEM SAHIN | Efe

27 oct 2018 . Actualizado a las 10:11 h.

El presidente Recep Tayyip Erdogan había prometido revelar «la verdad desnuda» sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, acaecido en el consulado de su país en Estambul a principios de este mes. Por eso se creó tanta expectación en torno al discurso que iba a pronunciar Erdogan sobre este asunto el martes pasado. Pero al final resultó extrañamente decepcionante. Erdogan señaló a Arabia Saudí (algo obvio), pero no directamente al príncipe Mohamed bin Salman, considerado el principal responsable del asesinato por la prensa y los servicios secretos turcos. Erdogan fue impreciso, no presentó pruebas. Y de repente, por unos días, se interrumpieron bruscamente las filtraciones de detalles escabrosos de la investigación. Todo esto indica una negociación en marcha. Se habla de una oferta de entre 5 y 30.000 millones para Turquía, además del fin del embargo al que Arabia Saudí tiene sometida a Catar, el principal sustento financiero de Turquía. No por casualidad, al día siguiente, el miércoles, el príncipe Salman elogiaba en público la «fortaleza de la economía de Catar», justo después de hablar por teléfono con Erdogan.

Pero el acuerdo para tapar el asesinato de Khashoggi no está cerrado. El mediador que está utilizando el rey Salman de Arabia Saudí, el príncipe Khalid al Faisal, gobernador de La Meca y Medina, se muestra pesimista. Erdogan quiere más, sabe que esta es su gran oportunidad de ajustar cuentas con los saudíes. Ha pedido, al parecer, las manos libres en Siria, que Riad deporte a los gulenistas que se han refugiado en Arabia Saudí (son los seguidores de una secta turca de opositores) y una mayor tolerancia de los saudíes con los Hermanos Musulmanes, afines al partido de Erdogan y a los que estaba asociado el asesinado Khashoggi. Esto explica que el presidente turco volviese ayer a cargar contra los saudíes. Quiere presionarles. Solo en último extremo lanzará su «bomba atómica»: el vídeo y audio del asesinato que apuntan directamente al príncipe Mohamed bin Salman.

A su vez, Erdogan también está siendo presionado para que no difunda esos audios, en este caso por EE.UU. Durante su visita a Ankara, la directora de la CIA, Gina Haspel, amenazó a Erdogan con un dosier sobre la corrupción generalizada en el proyecto canal de Estambul. No parece que le haya importado mucho al presidente turco. Es más, Erdogan también tiene exigencias para Estados Unidos, como una compensación por la devaluación de la lira turca, un cambio de política comercial respecto a Ankara, el fin del apoyo norteamericano a los kurdos de Siria y que se le permita a Turquía negociar con Irán (necesita su petróleo). Es una carta a los reyes magos demasiado larga y ambiciosa, es imposible que le concedan todo. Pronto veremos el resultado de la negociación. Si el asunto Khashoggi desaparece de los medios y no hay nuevas filtraciones querrá decir que las negociaciones han concluido con éxito.