Epílogo en Génova

Fernanda Tabarés DIRECTORA DE VOZ AUDIOVISUAL

OPINIÓN

FERNANDO VILLAR

03 nov 2018 . Actualizado a las 09:04 h.

Echaremos de menos a algunos de los grandes personajes de los años de la Gran Crisis. Caracteres propios de un buen guionista, con una vocación congénita para manejarse con soltura en la escena. Esas cosas se tienen o no se tienen y estos últimos años de la infamia económica alumbraron una generación de personajazos que convirtieron la crónica política en un Jueves diario. De todo el casting, una de las actrices más dotadas ha sido Dolores de Cospedal. Y por lo visto estos días, su final tendrá la épica de las buenas despedidas. Ni el escritor más fértil hubiese colocado a la secretaria general del PP en la planta noble de Génova, pared con pared con Rajoy, hablando a hurtadillas con el comisario Villarejo mientras este malvadote de culebrón venezolano le daba al Rec. Entre los dos, el marido de Cospedal, lo que constata que en algunos partidos la política sigue siendo un asunto de familia y los encargos delicados tienen la melodía que siempre se escucha de fondo en El Padrino. No me digan que ese «¿Estarías dispuesto a hacer algún trabajo puntual?» con el que el matrimonio Cospedal tanteó a Villarejo no merece una línea en una novela de Puzo.

Me fascinan los matrimonios que tienen una misión. Los Frank y Claire Underwood de House of Cards serían el molde. Una pareja en la que el amor es una molestia que hay que evitar porque es mucho más denso el pegamento de la ambición. Se me aparecieron los Underwood estos días leyendo esos magníficos diálogos del asunto Cospedal. El comisario entrando por una puerta camuflada en la sede del PP para alcanzar la planta noble. Y a continuación, esto:

-Villarejo: María Dolores, ya sabes dónde estamos...

-López del Hierro: Que hay que reciclar todo esto...

-Cospedal: Sí...

-Villarejo: Sí...

-López del Hierro: Y luego a lo mejor hay que hacer cosas puntuales.

-Villarejo: Puntuales. Yo lo único que te pido... A mí no me importa...

-López del Hierro: ¿Tú estarías en disposición de, por ejemplo, hacer algún trabajo puntual de temas?

-Villarejo: Yo, ningún problema... Por lo menos los gastos me pagaréis alguna vez, ¿no? Bromas aparte...

-López del Hierro: Los gastos te los pagaré...

-Villarejo: Lo primero ya me lo habéis pagado y...

-Cospedal: La financiación no te preocupes, no te preocupes...

Los tres tuvieron muchas más secuencias en esta vendetta que descalabra de forma definitiva a la Cospe. Hablaron de camellos, pendrives y todas las cosas que imaginamos comentan los malotes cuando se juntan para arreglar el mundo. O sea, un epílogo como dios manda.