Cuánto cuesta morir

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Zipi | efe

02 dic 2018 . Actualizado a las 10:16 h.

Aún recordamos aquel año de la crisis en que el FMI clamó contra los viejos. Estaban viviendo demasiado, lo que comprometía la economía mundial. Porque los ancianos son improductivos y caros. Lo ideal sería programar su obsolescencia como si fueran lavadoras y tirarlos a la basura en el momento justo. A nosotros la muerte puede parecernos algo trascendente, pero morirse también es un apunte en la cuenta de resultados del sistema. Y por eso el sistema se pregunta: ¿Tenemos que destinar medio millón de euros a un enfermo de cáncer que morirá en dos meses? ¿Hay que invertir en un desahuciado? ¿Son iguales todos los moribundos o hay que renunciar a los más miserables y batallar solo por los pudientes? Gestionar con eficacia los recursos es un ejercicio de responsabilidad y de justicia. Pero convertir las cuentas de la salud en una relación de activos y pasivos intercambiables con los balances de una fábrica de chorizos es un camino miserable. Porque lo que no se dice es que las farmacéuticas han emprendido una carrera frenética para especular con los medicamentos, algo que en un mundo que envejece es un negociazo. Se conoce el caso del Sovaldi, revolucionario tratamiento para la hepatitis. La Universidad de Liverpool demostró que su coste ronda los 200 dólares por 12 semanas de tratamiento, aunque el laboratorio que lo patentó lo cobre a 84.000. Y así con muchas otras especialidades cuyos precios escalan como antes lo hacía el ladrillo, en un pelotazo farmacológico que tambalea los cimientos de la sanidad pública. Es esa industria y sus portavoces quienes preguntan si hay que invertir en un desahuciado. Solo ven dinero y lavadoras. Hasta que sea su padre quien necesite un repuesto.