No a la justicia vengativa

OPINIÓN

21 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace nueve meses escribí un artículo en este medio digital titulado Ni nos protege ni nos hace más libres, en el que mostraba mi rechazo a la prisión permanente revisable. A raíz del asesinato esta semana de Laura Luelmo he repasado lo que escribí entonces y veo que podría hacer un copia y pega de lo que expresé en aquel momento para volver a decir lo mismo. La única actualización que tendría que hacer es que Rajoy ya no está y que Pedro Sánchez, pese a que en el acuerdo que firmó con Ciudadanos en 2016 se comprometía a su derogación, anteayer explicó en el Congreso que esperará al dictamen del Tribunal Constitucional para tomar una decisión.

En el caso de Laura Luelmo creo que muchos nos hemos puesto en su piel porque nos hemos sentido reflejados de una u otra manera por el contexto. ¿Quién no tiene a un familiar o algún conocido que está a muchos kilómetros de su lugar de origen trabajando aunque sea de manera temporal, con la ilusión de comerse el mundo y de salir adelante por su propia cuenta? Lo macabro que debió ser todo (la investigación está bajo secreto de sumario, pero hay detalles que se van filtrando a la prensa) entiendo que genere una gran indignación, pero me reafirmo con que no hay que legislar en caliente y también en manifestar mi oposición a que esté en vigor o que se endurezca la prisión permanente revisable por mucho que lo pida alguien como el padre de Marta del Castillo, que entiendo que el caso de su hija fue (y es, porque sigue sin aparecer su cadáver) terrible, pero la justicia no puede ser vengativa, sino tal y como reconoce la Constitución: «Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social».

Hay también otro debate adyacente que versa de si estamos ante un caso de violencia machista, puesto que Laula Luelmo y su asesino confeso, Bernardo Montoya, no mantenían una relación sentimental. De los resultados de la autopsia se ha confirmado que hubo agresión sexual. Es cierto que se necesita conocer todos los datos para encajar el puzzle (si nos situamos unos días atrás cuando se la consideraba como «desaparecida» una de las hipótesis de la que se hablaba es que había salido a correr, pero una vez que se encontró su cuerpo no se ha vuelto a hablar de ello). Pero estoy totalmente de acuerdo con las mujeres que se quejan de que no pueden ir solas por la calle, ni vestir como quieren ni hacer lo que les dé la gana por culpa del terrorismo machista. La solución no es tener una justicia vengativa (desde la aprobación en marzo de 2015 de la prisión permanente revisable han sido asesinadas 197 mujeres por violencia machista, así que se confirma la ineficacia de esta medida, además de romper con el objetivo constitucional que debe cumplir la política penitenciaria). Coincido plenamente con lo que expresó la diputada de Podemos Ione Belarra, que dijo que lo que hay que hacer es «invertir más en políticas públicas que nos protejan antes de que nos maten».