Pido cuentas al rey

OPINIÓN

07 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En nochebuena Felipe VI contó a quien quiso escucharle su visión de la sociedad española. Esa misma noche noche, las redes sociales se llenaron de alabanzas y críticas que reflejan una posición de fondo. La sociedad está dividida entre quienes consideramos una antigualla inaceptable que haya un rey y quienes no quieren ni oír hablar de la república.

Necesitamos reducir la polarización de la sociedad y buscar consensos lo más amplios posibles en la sociedad. Por eso, este tema de rey sí o rey no, tendríamos que conseguir que tuviera un acuerdo mayoritario.

Es evidente que un señor, por haber nacido hombre no debería tener ningún privilegio frente a sus hermanas mujeres. Ni tampoco porque su padre se apellide Borbón, debería tener privilegio frente a otro apellido, por ejemplo el mío, que es bien guapo. Un cargo público no puede heredarse como se hereda una huerta o un reloj de pared. Este tema es difícilmente refutable, pero también difícil de solucionar con consenso. Por eso, deberíamos fijarnos en objetivos a corto plazo, en los que podamos ponernos de acuerdo las republicanas y las monárquicas.

La primera anomalía de la monarquía que debemos solucionar es no conocer el patrimonio de Felipe VI. Si yo accedo a ser concejala de mi pueblo, todo el mundo va a conocer mi patrimonio y poder curiosear en mis cuentas y mis deudas, en mis propiedades o mi falta de ellas. ¿Y el jefe del estado? ¿Qué tiene? ¿Tiene un fondo de pensiones para cuando se jubile? ¿Una hipoteca? ¿Tiene pisos y los alquila? ¿Un chalet en la playa? ¿La casa de los abuelos del pueblo que le da pena venderla? ¿Cuáles son las propiedades del rey, qué hace con el dinero que gana? Es un cargo público y como tal debe ser absolutamente trasparente.  Al menos una vez cada cinco años, como si hubiera elecciones, debería publicarse su patrimonio.

Otro aspecto de la anomalía de la monarquía es que no sabemos qué impuestos paga el rey. Si yo voy a ayudar a una amiga a cuidar a su madre y haciendo un trabajo duro gano unos pocos de cientos de euros al mes, debo presentar una declaración y pagar mis impuestos. Si trabajo asalariada, en cada nómina me retienen un dinero y en junio del año siguiente debo poner en orden mis cuentas con Hacienda. ¿Y el rey? Si tiene dinero que ahorra de su sueldín en un plazo fijo de la Caja Rural, pongamos por caso, ¿tributa por lo que cobra? Si el presidente de gobierno paga, si todo el mundo paga. ¿Por qué el rey no? ¿Es que hay que cambiar la constitución para eso? ¿O solo hay que tener voluntad?.

Otra cosa que me cuesta trabajo entender es eso de la Casa real y la familia real. ¿Qué eso? ¿Dónde hay que echar el curriculum? ¿Qué tal pagan? El estado no puede tener zonas oscuras que escapen del control ciudadano. Lo lógico es que exista una secretaría de estado o un ente público o algo similar, que gestione el palacio de la Zarzuela, el de Maribent y si hay alguno más no tan conocido pues también. Esos lugares serán patrimonio del estado y el ente público “jefatura del estado”, debería ocuparse de su mantenimiento, de los costes de los viajes del jefe del estado, de sus gastos mientras trabaja como jefe del estado. El presupuesto de ese ente público debe estar sometido a escrutinio como el resto de los presupuestos generales del estado y la forma de acceder a trabajar en ese ente será similar a la de cualquier otro organismo público. En cuanto a la familia, que se sepa no trabaja para el estado, por lo que no debe recibir remuneración alguna. Simplemente el jefe del estado tiene un sueldo, hace un trabajo y ya está.

De lo que se trata es de llegar a acuerdos sociales amplios con cosas en las que pocas personas podrán discrepar. La brutal discriminación por razón de género en el acceso de la jefatura del estado, que debería ser una prioridad de la sociedad por lo que tiene de simbólico, exige cambiar la constitución, el resto de cosas que propongo en el artículo solo necesitan que se quiera hacer. Pongámonos con lo fácil, mientras tejemos los consensos para cambiar la constitución e igualar a hombres y mujeres en el acceso a la jefatura del estado.