Rivera se hace el loco, pero no cuela

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

14 ene 2019 . Actualizado a las 08:41 h.

Hasta ahora Ciudadanos había logrado preservar una cierta imagen de partido centrista y liberal. El apoyo a Susana Díaz en Andalucía y el acuerdo con Sánchez para respaldar su investidura habían contrarrestado sus numerosos pactos con el PP, justificados porque era la lista más votada. Pero en Andalucía ha optado por sumarse al bloque formado por un PP cada vez más escorado a la derecha y la ultraderecha de Vox, apoyando al partido que quedó segundo en las urnas. La apuesta es muy arriesgada porque socava su crédito como partido de centro. Los esfuerzos de Rivera por hacerse el loco y actuar como si no tuviera nada que ver con el pacto que ha permitido a su partido formar parte del Gobierno andaluz son tan patéticos como cómicos. No cuelan. Es la primera vez que Ciudadanos entra en un gabinete autonómico, y lo hace de la mano de la extrema derecha, la misma que se quiere cargar la autonomía andaluza, como todas las demás, y la ley que protege a las mujeres de la violencia machista. El simple hecho de sentarse a negociar, y no digamos ya de pactar con un partido así, como ha hecho el PP, retrata a quien lo hace. Aceptar sus votos para repartirse los sillones, también. En Francia, Alemania o Suecia es inaceptable, tabú. Rivera quería ser el Macron español, pero se ha convertido en el socio de los aliados de Le Pen. Es el gran perdedor del pacto en Andalucía. Por ganar cuota de poder, ha perdido credibilidad. Los otros dos partidos de este ménage à trois político han obtenido mucho más rédito. El PP, su máximo objetivo, presidir la Junta, aunque sea a costa de asumir buena parte del discurso de la extrema derecha; y Vox, capitalizar la agenda política, aupado por una espectacular y lamentable sobreexposición en las televisiones.