Marcar la agenda política

OPINIÓN

18 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Vaya por delante mi recuerdo y consideración por Tini Areces, que ayer fallecía en Gijón a los 75 años debido a un derrame cerebral. Sin duda fue una noticia inesperada, que nos deja a los asturianos consternados y desolados ante la pérdida de un gran servidor público. Su fallecimiento coincide en una semana en la que por primera vez desde que se restauró la democracia la Junta de Andalucía la dirigirá la derecha. Nadie duda de que estamos en un momento de pactos y de acuerdos entre formaciones semejantes porque así lo decide la ciudadanía en las urnas, pero ojo porque hay algunos partidos que marcan la agenda política más que otros y en el caso andaluz Vox será determinante.

Me recuerda a la situación vivida tras las elecciones europeas de 2014. Podemos sacó cinco eurodiputados y aquello pareció un triunfo, porque día sí y día también Pablo Iglesias aparecía en televisión, sobre todo en los programas de mediodía que analizan la situación política. Lo distinto en el caso de Vox es que se está haciendo más mediático el secretario general del partido, Javier Ortega Smith, que su presidente, Santiago Abascal. En lo demás, cada vez que tose alguien de la formación ultraderechista es noticia, aunque pueda ser muy absurda.

El peligro de marcar la agenda política del Gobierno andaluz es que lleven a cabo las medidas más extremas. Tengo curiosidad, por ejemplo, de cómo va a programar la Junta de Andalucía los actos del próximo 8 de marzo, porque sospecho que pueda ser el primer ejemplo de por dónde irán los tiros. Juan Manuel Moreno Bonilla, que toma hoy posesión de su cargo en Antequera (Málaga), sabe que sin Vox tiene muy difícil acordar desde los presupuestos de la comunidad autónoma hasta las leyes que vea conveniente modificar la derecha. También es cierto que con las elecciones de mayo a la vuelta de la esquina puede que veamos un inicio de legislatura en su versión más suave, pero me extrañaría que Vox no aprovechase la situación para arañar votos a PP y Ciudadanos, lo que obligaría a azules y naranjas a moverse. En cualquier caso para la derecha se abre hoy una etapa nueva, novedosa, ya que no está acostumbrada a pactar, y se verá si ellos son más eficaces a la hora de llegar a acuerdos o si el Gobierno andaluz será más temprano que tarde una casa de los líos.