Fructífero ciclo en la Academia

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

19 ene 2019 . Actualizado a las 13:15 h.

Estos días se ha cerrado un ciclo en la Academia Española. Darío Villanueva ha concluido su mandato como director de la institución, el principal faro del español en el mundo. Han sido cuatro años de trabajo intenso, dedicado a tareas institucionales, a resolver la crisis económica de la RAE y a potenciar la producción intelectual de esta.

 A la drástica reducción, tras la crisis económica desatada en el 2008, de los recursos que le aportaban el Estado y la Fundación pro RAE se sumó la caída de ventas del diccionario impreso, otra de sus fuentes de financiación. Para salir de esta situación se actuó en varios frentes, y se lograron ingresos extraordinarios que han logrado reducir el déficit existente hace cuatro años. Otra de las acciones emprendidas con este fin encaja también con las funciones propias de la Academia. Se trata de la puesta en marcha de una plataforma web, Enclave RAE, que permite a sus suscriptores el acceso a todos los servicios de la Academia. Actualmente se está ofreciendo a Gobiernos y a instituciones educativas de todo el mundo.

La obra fundamental de producción académica sigue siendo el Diccionario de la lengua española. El Instituto de Lexicografía trabaja en la 24.ª edición. Sin esperar a esta, los trabajos de los dos últimos años ya se han aplicado a la versión en línea de la magna obra. Al mismo tiempo, se ha concluido una nueva planta del Diccionario, de concepción digital. Ya no se trata de poner en Internet los contenidos de una obra impresa. Ahora se van a elaborar aprovechando las posibilidades que ofrece el mundo digital.

 En estos años se han publicado el Diccionario del español jurídico, el Libro de estilo de la lengua española y algunas otras obras. Se ultima el Glosario de términos gramaticales, con el que se pretende la unificación terminológica, y avanzan los trabajos del Nuevo diccionario histórico del español, cuyos frutos van apareciendo en la web.

 El Corpus del Español del Siglo XXI, dirigido por Guillermo Rojo, se ha enriquecido cada año con más de 25 millones de formas, con las que ya alcanza los 282 millones. Cifras importantes son también las del Departamento de Español al día, que atiende anualmente 75.000 consultas.

 Cuando hace unos días Darío Villanueva se dirigió a sus compañeros de corporación para dar cuenta de su gestión como director se refirió también con clarificadoras palabras a las constantes presiones que ha venido sufriendo la Academia por cuestiones de corrección política o en relación con el llamado lenguaje inclusivo o no sexista. «Ante las insistentes demandas, a veces expresadas en forma de exigencias perentorias, de censurar el diccionario para retirar de él lemas o expresiones consideradas por algunos políticamente incorrectas -dijo-, nos sirvió como argumento de autoridad la declaración temprana por parte de Aristóteles en la Política en el sentido de que las palabras sirven para lo justo y para lo injusto, para lo conveniente y para lo que no lo es. Siempre he tenido a gala proclamar, incluso in partibus infidelium, que acceder a semejantes peticiones de expurgo y censura nos llevaría a la mera destrucción del diccionario, que supuestamente solo recogería palabras consideradas seráficas y biempensantes como, por ejemplo, lo son lealtad, respeto institucional, comprensión o empatía».

«Pero la aceptación de tales demandas expurgatorias -concluyó- no significaría en modo alguno la desaparición de las realidades indeseables que las palabras censuradas designasen».

Excelente cierre para un fructífero mandato en la dirección de la que limpia, fija y da esplendor.