El rescate del niño Julen, caído en un estrecho pozo en un paraje de Totalán, en Málaga, ha puesto de manifiesto las dos características de este tipo de sucesos: tecnología (y su método de solución de problemas) y solidaridad, fenómeno este inherente a toda tragedia humana.
Vamos con la solución de problemas, método de trabajo de los técnicos, distinta del método científico. Cuando hay un problema complejo que resolver, como sin duda lo ha sido el rescate, desgraciadamente sin vida, de ese niño atrapado en el pozo de Totalán, los técnicos emplean el método de solución de problemas. Primero tratan de concretar al máximo posible, la naturaleza del problema. Luego buscan las personas más idóneas para llevarlo a cabo: ingenieros (especialmente de minas), topógrafos, mineros especializados en rescates, técnicos de la guardia civil, personal para el manejo de máquinas (perforadoras, excavadoras, camiones), etcétera. Selección y traslado de materiales y maquinaria al lugar de los hechos. Es necesaria la coordinación y la toma de decisiones continuas en función de las dificultades que vayan surgiendo. Con todo ello se ha consumado la solución del problema del rescate de Julen.
También se ha puesto de manifiesto la solidaridad con los afectados por la tragedia, expresada directamente o a través de las redes sociales, con el envío de flores, encendiendo velas o con la manifestación de condolencias.