Homenaje al ministerio público

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

J.J. Guillén

15 feb 2019 . Actualizado a las 07:49 h.

Mientras el señor Sánchez decide qué hacer con este país y lo comunica esta mañana, me parece procedente volver a algo que no puede quedar sin comentario: la intervención de los fiscales en su turno de alegaciones en el juicio del procés. Singularmente, el de Javier Zaragoza Aguado, que abrió el turno de las acusaciones. Frente a los abogados de la defensa que habían optado por la vía política, casi sin argumentos jurídicos, y le habían regalado un cuerpo de doctrina a los independentistas con puntos que después utilizó Quim Torra, Javier Zaragoza no se salió ni un milímetro del Derecho. El primer calificativo que merece es el de impecable.

Pero, para un comentarista político, hubo algo más trascendente: Javier Zaragoza y su compañero Fidel Cadena consiguieron demostrar que todo el movimiento político que condujo a este juicio ha sido lo que ahora se llama una sucesión de fakes, un conjunto de noticias falsas y manipulaciones que lamentablemente lograron convertirse en verdades aceptadas por una parte de la sociedad catalana y bastante opinión pública europea. Zaragoza llegó a calificar los alegatos de las defensas como auténticos libelos acusatorios para desacreditar a la Justicia, desprestigiar a las instituciones y deteriorar el Estado de derecho. Entre los dos fiscales desmontaron la acusación de violencia policial. Dejaron sentado que la violencia fue ejercida por quienes utilizaron a miles de personas como escudo humano para provocar a las fuerzas del orden. Calificaron como disparate que se equipare a la tortura el legítimo uso de la fuerza. Y, por supuesto, dejaron claro que no se juzgan ideas, sino hechos delictivos; que no existe la soberanía del pueblo catalán, o que se pretende sentar al Estado en el banquillo. Y no sigo, porque cada frase ha sido un titular. Creo que después de sus palabras se puede hablar de leyenda de la represión.

Y deseo algo más: deseo que, sea cual sea la sentencia, el texto de Javier Zaragoza sea material de lectura obligatoria. Si uno de los objetivos del juicio, además de establecer la verdad judicial, es construir un relato de lo ocurrido en Cataluña en el septiembre aciago del 2017, el informe construido por Zaragoza y completado por Cadena con precisión de cirujanos y riqueza de datos y referencias es una pieza fundamental para entender y combatir la estrategia del independentismo. Y sigo con mis obsesiones personales: no entiendo cómo el relato que puede construir un fiscal con limitadísimos medios no lo pudo construir un Estado que presume de ser una de las mayores potencias de Europa. No entiendo cómo ese Estado dejó que la manipulación y la falsedad ganasen la batalla de la opinión internacional.