La factura indepe

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

20 feb 2019 . Actualizado a las 07:52 h.

Ni un euro gastado en el referendo del 1-O. Ni uno. Lo dice ante el Tribunal Supremo Jordi Turull. Y no es alguien que pasara por Barcelona aquellos días. Era el conseller de Presidencia, el departamento que se ocupaba de la comunicación y la logística de la consulta. Se reciclaron webs, colaboraron ciudadanos anónimos, se prestó de forma solidaria TV3. A esta gente tan apañada habría que encargarle que organizara las próximas elecciones generales. Y también bodas, bautizos y comuniones. Si logran organizar unos comicios ilegales con propaganda a toda pastilla a coste cero, ¿qué no conseguirán por las buenas? Pero los independentistas conocen el mecanismo del milagro de los panes y de los peces. Quizás en el Parlamento no tengan la mayoría suficiente para cambiar la dirección de la tele pública catalana, pero sí para poner en marcha las leyes de desconexión y proclamar la independencia. Aritmética sobrenatural que rompe la lógica de cualquier cálculo. Eso que Turull erigió gran parte de su discurso sobre el verbo ponderar, que repitió de forma machacona. Qué tacto. Cuánta sutileza. Sentido y sensibilidad. Jane Austen a los mandos del aparato. Todo fue el sueño de una noche de octubre. Lo ponderaron todo. Hasta lo más abstracto, como la democracia y la ley. Todo pasó por su balanza. Menos los catalanes que no pensaban como ellos. La primera acepción de ponderar, según la RAE, es determinar el peso de algo. La segunda, examinar con cuidado un asunto. La tercera, exagerar. Quizás Turull, sin reconocer a la RAE, se acoja a la tercera.

Lo cierto es que nunca se sabrá cuánto costó exactamente el 1-O. Pero la factura es gigantesca. Y tardaremos años en pagarla.