Baja de paternidad para ellos, avance laboral para ellas

M.ª Carmen González Castro
M.ª Carmen González VUELTA Y VUELTA

OPINIÓN

ANGEL MANSO

26 feb 2019 . Actualizado a las 14:33 h.

En la recta final de su mandato, Pedro Sánchez prosigue con su campaña electoral a base de decretos ley. Pone en marcha medidas sociales para intentar conquistar a un electorado suficientemente amplio que le otorgue los apoyos necesarios para poder formar otro gobierno. Una de las últimas decisiones dada a conocer hace unos días ha sido el anuncio de que la baja de los hombres cuando son padres se incrementará progresivamente hasta llegar a las 16 semanas en el año 2021. Una baja que, en la práctica y aunque parezca paradójico, es un gran paso en la lucha de la mujer por la igualdad.

Más allá de que el momento elegido para poner en marcha este cambio no sea el más oportuno, y más allá de que sean las madres las que pasan por el trance del parto y, en consecuencia, necesiten un tiempo para recuperarse, cualquiera puede entender que, desde un punto de vista social y familiar, es lógico que los padres quieran disfrutar de un tiempo similar al de sus parejas cuando un bebé llega a sus vidas.

La medida tendrá detractores y partidarios. Entre los primeros, aquellos siempre preocupados por las arcas públicas, ya que la medida tendrá un cierto impacto. Tampoco la acogerán con buenos ojos algunos empresarios que consideran que la baja de los hombres dejará ahora un agujero en su plantilla que hasta ahora solo causaban las féminas. Entre los críticos estarán también los que consideran que la medida no es suficientemente amplia, que debería dejarse libertad a la pareja para elegir si quieren simultanear la baja o no.

Por contra, entre los partidarios figurarán los padres, beneficiarios de la medida. Pero las mayores forofas de esta decisión deben ser, sobre todo, las mujeres, porque supone un gran logro para ellas. No solo por el hecho de que, desde ahora, podrán compartir al 50 % con sus parejas la crianza de los hijos en las primeras semanas de vida. Por mucho más: es un gran paso en el camino de las mujeres hacia la igualdad real, un empujón definitivo de cara a su incorporación al mercado laboral.

La maternidad ha sido tradicionalmente el gran inconveniente que ha tenido la mujer frente al hombre al optar a un trabajo. Son muchos los empleadores que solo ven en una mujer en edad de procrear la amenaza de una ausencia prolongada. Desde ahora, y si el devenir político no frena esta medida, la mujer ya juega un poco más en igualdad de condiciones con el hombre.