Hollywood vibró con Queen

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

Mike Blake

27 feb 2019 . Actualizado a las 07:57 h.

Recurrir a un clásico como Queen para hacer de prólogo en unos Óscar inciertos logró enjuagar la ausencia del clásico monólogo cargado de chistes que suele abrir cada año la liturgia de Hollywood. Ver, a cambio, a las grandes estrellas vibrar como el que más con la guitarra de Brian May y un mix de grandes éxitos, adscritas con entusiasmo a la moda Bohemian Raphsody que recorre el planeta, fue una manera de hacer a los espectadores más partícipes de la fiesta y empezar en alto una ceremonia que parecía lastrada por la falta de presentador. Sin él, la gala siguió su guion con agilidad y demostró que en el género de las entregas de premios aún queda mucho por inventar.

Igual de innovador fue el modo en que se introdujo otro de los momentos más esperados, la actuación de Bradley Cooper y Lady Gaga cantando Shallow. Sin que nadie los presentara, como si la máquina se condujera sola, subieron desde sus asientos mientras una cámara situada en el escenario los acompañaba en un largo plano secuencia más propio del cine que de un programa de televisión. Así el público pudo observar desde casa esa perspectiva inversa, con el patio de butacas al frente, reservada para la gloria de unos pocos elegidos.