24 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En una entrevista de hace poco más de un año, cuando todavía era el director de la Feria de Muestras contando los días para su próxima jubilación, Álvaro Muñiz (Gijón, 1953) le respondía a Cuca Alonso con un rotundo «sí» a la indiscreta pregunta de si votaba a Ciudadanos. Podía haber respondido «a veces», o «en las generales sí pero en las municipales no», pero no, respondió que sí. Primer titular: Álvaro Muñiz no votó a Carmen Moriyón. Pero no fue el único que dejó aquella inocente entrevista del hoy candidato de Foro: «La jubilación es el estado perfecto del hombre». Solo unos meses después, Álvaro Muñiz ha descubierto que el estado perfecto del jubilado es ser alcalde de Gijón.

El candidato del PP a la alcaldía de Oviedo, Alfredo Canteli (Teverga, 1947), afirmaba con contundencia en una entrevista en AsturiasDiario el pasado mes de junio, cuando todavía era presidente del Centro Asturiano, que «aunque me cortejan dos partidos, he cerrado la puerta a la política». Lamentaba que «los políticos se empeñan en hacer pasar mentiras por verdades, y eso no va conmigo. Algún día habrá gestores en los puestos de gobierno, en vez de políticos corruptos. Pero ese tiempo aún no ha llegado, y cuando lo haga, me pillará muy mayor». Solo unos meses después, sin que los demás nos hayamos enterado, ha llegado ese nuevo tiempo de purificación a la política y por fortuna ha pillado todavía a Alfredo Canteli hecho un chaval, con 72 años, dispuesto a abrirle las puertas y ponerse al frente de la candidatura del PP en Oviedo.

Juan Vázquez (Boo, 1952), el flamante candidato de Ciudadanos a la presidencia de Asturias, también ha esperado a la edad de jubilación para dar el salto a la política. Aunque en su vídeo de presentación se refiera a sí mismo con coquetería como «un guajín de Boo», representa la realidad incontestable de «un güelito de Oviedo». Hace unos años fue nombrado por Javier Fernández coordinador de su «comité de sabios» (del que por cierto nunca más se supo) pero no llegaron a más. Hoy da un paso al frente con Ciudadanos intentado un original experimento político: la refundación de la gestora del PSOE. Juan Vázquez se declara socialdemócrata (ideología borrada por Rivera de los estatutos de Ciudadanos hace dos años ante las protestas y posterior abandono del partido de figuras como Carolina Punset) cuando Ciudadanos busca hoy mayorías con el PP y Vox, veta posibles acuerdos con el PSOE y anuncia fichajes estrella del pelaje de Marcos de Quinto, el genio del ERE de Coca-Cola. Ajeno a todo ello, Vázquez va por libre en Asturias, interpelando a un votante nostálgico del socialismo comprensivo y amable con la derecha cuando no le salen los números.

Tampoco es casual que en el último debate sobre el estado de la región oyésemos a nuestro presidente mencionar su artrosis de cadera ni que vaya a terminar su mandato tras una baja médica por desprendimiento de retina. La política es la nueva petanca, el nuevo Benidorm, el nuevo mirar a los operarios municipales de obras abriendo zanjas en las aceras, el nuevo pilates, un masaje para el ego de hombres maduros que no se resignan a finalizar sus días jugando con los nietos entre las tomateras a la luz del verano. Mucho mejor acabar en activo, con capillas ardientes y tres días de luto oficial, disfrutando del indulto de unas necrológicas tan apresuradas como amables, haciendo pasar a tus enemigos por el trago de buscar palabras de elogio para los medios y agachar la mirada ante tu viuda.